Acapulco, Gro. 25 de marzo. Próximo a concluir su gestión, el gobernador del estado, Zeferino Torreblanca, intercambió elogios con el presidente Felipe Calderón en su última aparición conjunta. La inauguración del 36 tianguis turístico fue escenario para que el mandatario despidiera al perredista: Estoy convencido de que usted cumplió a Guerrero y debe sentirse con la conciencia tranquila, la tranquilidad que sólo puede dar el deber cumplido.

Fue la respuesta al enfático agradecimiento del guerrerense, quien dijo que –sin ambages, sin circunloquios, sin falsas poses ni halagos cortesanos– Calderón había sido generoso con Guerrero.

Torreblanca sustituyó toda alusión al turismo con una suerte de corte de caja de su relación con el gobierno federal, la cual, sostuvo, no se vio impedida por el origen político diverso de ambos gobiernos.

El mandatario habló de dos temas, en particular en los que hubo avances importantes: construcción de carreteras, donde se pasó de 225 kilómetros en el sexenio pasado a 2 mil kilómetros en el actual, e inversión en plantas tratadoras de agua potable, en las que de 5 millones de pesos invertidos en el sexenio anterior se pasó a mil millones en el actual.

“Desde luego –continuó el perredista– hay muchos pendientes. Sería una falsedad no reconocerlo, pero sin la coordinación alcanzada no se hubiera concretado esta inversión.”

Mientras el gobernador se desbordaba en elogios, tres cadáveres aparecieron descuartizados en la Diana.