La actitud combativa sirve de poco si no se ganan los partidos, admitió el ensimismado Pável Pardo, quien está seguro de que al América le sobra ese ánimo guerrero para acorralar a los rivales; lo que todavía no le sale es ganar. Hay un tono de lamento en las palabras del jugador, pues la derrota ante el Fluminense de Brasil, en la Copa Libertadores, les desdibujó el entusiasmo; fue la tercera caída consecutiva. Fue un golpe duro, sobre todo cuando juegas bien y pierdes; no es fácil de asimilar, admitió con pesar. Hay crisis de resultados, pero no de funcionamiento, concluyó.

Cuando confesó que las cosas no están bien en el equipo, sus ojos parecían buscar en el suelo las respuestas para entender por qué el cuadro americanista no puede mantener la regularidad que mostró a la llegada del entrenador Carlos Reinoso. Hoy hay indicios de que va en picada.

No hay que evadir responsabilidades ni esconder la realidad, porque ahí están los resultados, dijo ante esa evidencia de que algo está fallando en el equipo: una derrota ante Cruz Azul, otra ante Monterrey y la del certamen sudamericano.

Las tesis que analiza Pardo van de lo táctico a lo emocional: algo ocurre en esos atletas que corren tras la pelota durante 90 minutos, demasiadas emociones en tan poco tiempo, planteó. Recibes un gol y la mente cambia: quien anota se inspira, quien lo recibe, decae; hay que cuidar esas emociones, señaló; sólo ese aspecto, porque por lo demás, aseguró, el equipo funciona bien dentro de la cancha.

Hay crisis de resultados, no de funcionamiento, dijo PardoFoto Notimex

Desde su análisis, el América ha jugado bien los partidos recientes; ha respetado la filosofía bélica de Reinoso, según la cual un cuadro como éste debe atacar sin voltear a mirar el marcador. Lo mismo si se gana que si se va abajo; con ese ánimo Pardo tiene confianza de que las victorias no tardarán en llegar.

No pueden reclamarnos que no nos entreguemos en la cancha, afirmó. Lo que les ha impedido llevarse la victoria en los tres partidos recientes son descuidos en la última línea.

Sin duda, ha sido un torneo difícil para Pardo, quien ha resentido una lesión; son los costos de competir en dos torneos, que exigen al equipo desdoblarse para cumplir partidos, viajes y entrenamientos. Eso pesa, anotó.

–¿Les harta jugar tanto?

–No, eso nunca.