El defensa Horacio Cervantes agradeció ayer a la Comisión Disciplinaria que analizara la jugada que provocó su expulsión en el encuentro anterior ante el Toluca, para poder hacer, en este caso, justicia al quitarle el castigo de tres partidos.

No me queda más que agradecer, con trabajo y muchas otras cosas, que pueda seguir teniendo regularidad en mi equipo, añadió en la conferencia de prensa en las instalaciones de La Noria.

Al preguntarle si el árbitro Marco Antonio Rodríguez lo traía de encargo, respondió: No me gusta tocar ese tema, porque de él he recibido más de la mitad de mis expulsiones, y es la tercera vez que después que me han expulsado me quitan la suspensión. Entonces a mí no me gusta imaginarme cosas negativas, simplemente hago mi trabajo.

Añadió que en otras ocasiones en que Rodríguez le ha mostrado la tarjeta roja, como la de Pumas el torneo pasado, cargué con mi culpa y responsabilidad, pero sí ha habido otras en las que no he entendido por qué toma esas decisiones.

El zaguero de Cruz Azul aseguró que hay jugadores que al principio del partido ya tenemos encima una tarjeta amarilla, una llamada de atención, y existen otros a quienes consienten más los árbitros, pese a realizar entradas más fuertes.

Recordó que cuando se le cuestionó por qué aparentaba ser un jugador mal intencionado buscó cambiar y ser un jugador limpio. Llevo dos torneos en que las tarjetas amarillas contra mí disminuyeron de manera drástica.

Confió que le llegó a frustrar esta situación. En el Atlante me expulsó (Rodríguez), me suspendieron, regresé y me volvió a expulsar, y fue cuando me quitaron otra vez el castigo. O sea, hubo cosas en las que me pongo a pensar, pero nunca le he faltado el respeto a ningún árbitro. La única vez que a lo mejor hablé de más fue en unos cuartos de final contra Chivas, estando yo en Atlante, que me expulsaron en una jugada muy polémica, y a lo mejor ahí sí me desbordé con el árbitro; yo era muy joven.