El titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan Elvira Quesada, anunció que junto con la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) comenzará a trabajar esta semana una política dirigida a la conservación in situ del maíz criollo y sus parientes silvestres, luego de que la dependencia autorizó la primera prueba piloto de ese grano transgénico a la empresa Monsanto en el estado de Tamaulipas.

En territorio nacional hay unos 25 mil sitios donde se encuentra el maíz criollo, explicó el funcionario, quien fue entrevistado al término de una conferencia de prensa sobre el operativo nacional contra el tráfico ilegal de vida silvestre.

Puntualizó que el permiso de prueba piloto a Monsanto fue otorgado por la Sagarpa. Apuntó: “Lo más importante es que las dos secretarías nos reuniremos para generar una política pública, establecida en el reglamento de la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados para la conservación de maíces criollos in situ”.

Se han dado, agregó, permisos condicionados, pero hace falta una política pública. Necesito ver una solución de fondo. Añadió que hasta ahora se han reportado alrededor de 25 mil sitios en el país donde se cultivar maíces criollos, de acuerdo con la información recabada por la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio), que depende de la Semarnat.

Al preguntarle cuáles serán los lineamientos de dicha política, explicó: Está orientada a los lugares del país donde haya maíz criollo y sus parientes silvestres, que existen desde antes de que llegaran los primeros pobladores al continente americano. Para que estas plantas sigan existiendo queremos definir cuál es la política para su conservación.

Sostuvo que el estudio de la Conabio se tomará como base. Empezó en 2007. Es un trabajo sólido. Es, quizá, el mejor que se ha hecho en todo el mundo. Somos centro de origen y de diversidad genética, pero ningún otro país ha logrado (como México) la ubicación de las casi 60 razas de maíz.

De acuerdo con el análisis de la Conabio, en Tamaulipas “las evidencias arqueológicas, combinadas con los conocimientos botánicos y etnobotánicos, así como la diversidad genética actual de maíces locales y la presencia de tripsacum (pariente silvestre del maíz) en la región, son las que más han contribuido a definir a la región como centro de origen y, particularmente, domesticación del maíz, además de otras especies importantes”.

Agregó: La gran riqueza en la variabilidad genética de esta región ha generado variedades mejoradas desde mediados del siglo pasado y esa base genética continúa siendo aprovechada, ampliada y conservada para beneficio de México.