Por vez primera en su historia, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) realizó un operativo contra el tráfico ilegal de vida silvestre en puntos de venta de las 32 entidades del país, donde decomisaron 4 mil 725 ejemplares de flora y fauna.

En conferencia de prensa, el procurador Hernando Guerrero manifestó que de las especies recuperadas generalmente sobreviven sólo 10 por ciento. Sin datos sobre el valor de lo incautado, indicó que cada una de las 3 mil 500 orquídeas decomisadas en Chiapas, Veracruz y Quintana Roo tienen un precio de entre 150 y 200 pesos.

En el operativo, que comenzó el viernes pasado y concluyó el domingo, fueron detenidas 15 personas. Participaron elementos de la Procuraduría General de la República y de la Policía Federal, así como inspectores de la Profepa.

Las especies que cuentan con más mercado son el venado cola blanca, iguanas, ajolotes, cocodrilos y tepezcuintles, abundó. En tanto, a escala internacional la demanda es de guacamayas y aves canoras, dijo Juan Elvira Quesada, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Agregó: Se trata de un mercado en el que hay mucha ignorancia. Es el peor esquema de consumo de biodiversidad que tiene México. Comentó que con operativos de ese tipo se afectará el comercio ilícito de flora y fauna. No genera bienestar ni fomenta el uso sustentable de los recursos, declaró.

Mencionó que muchos indígenas venden orquídeas y no saben que es una actividad ilegal. Puntualizó que para vigilar el comercio de especies de legal procedencia están las unidades de manejo de vida silvestre.

Agregó: “Estos operativos hay que repetirlos una y otra vez, hasta que se termine con el tráfico, de manera que quienes a éste se dedican se inserten en los mercados legales de producción autorizada y sustentable, que además son muy eficientes y constituyen mejores esquemas de conservación de nuestra vida silvestre”.

Refirió que en la actual temporada de incendios se reforzará la vigilancia y se detendrá a quien cometa el ilícito.

Señaló que hasta el momento no han sido reportadas grandes superficies siniestradas. Las más fuertes ocurrieron en 1998 y 2008, pero las condiciones para que sea una mala época de incednios están dadas, pues hay temperaturas altas y poca lluvia.