Casi tres horas después de que Cecilia Romero, secretaria general del PAN, afirmó que el presidente Felipe Calderón impulsa la alianza de su partido con el PRD en el estado de México, Los Pinos la desmintió y aclaró que el mandatario no dio esa instrucción, por respeto a Acción Nacional.

El encargado de corregir la plana a la funcionaria panista fue su correligionario Roberto Gil, secretario particular de la Presidencia, quien también negó que Calderón haya ofrecido la candidatura al perredista Alejandro Encinas, como afirmó ayer Andrés Manuel López Obrador al dar por muerta la alianza.

El comentario que ha hecho el señor Andrés Manuel López Obrador no corresponde, bajo ninguna circunstancia, a la verdad. Es absolutamente falso que el Presidente de la República ofreciera candidatura alguna. El Presidente conduce su gobierno y no le corresponde tomar decisiones sobre el PAN, expresó.

Las declaraciones de Romero al final de una comida privada en Los Pinos desataron una historia de enredos. A las seis de la tarde, la Presidencia informó que el mandatario emitiría un mensaje una hora después, pero lo canceló 10 minutos después.

Pasaron otros 15 minutos y se dijo que Gil haría declaraciones sobre la reunión con los panistas a la misma hora de la cita original.

Gil, quien acudió por primera vez a la sala de prensa a hablar con los reporteros desde que asumió el cargo, declaró que Calderón es respetuoso de los procesos internos de su partido y no hizo solicitud, instrucción o petición alguna, en relación a una modalidad de competencia en la elección del estado de México.

Sin embargo, la versión ofrecida por Cecilia Romero después de las conversaciones con Calderón, fue distinta: el Presidente está de acuerdo en que sigamos con la actitud en que ha estado el PAN, abierto a una alianza y a honrar lo que panistas, perredistas y mexiquenses dijeron el domingo. Eso dijo el Presidente.

Romero acudió a Los Pinos con el dirigente del PAN, Gustavo Madero, y el coordinador en el Senado, José González Morfín. Al salir insistió en que apostaban por la alianza, pero consideró denigrante la posibilidad de aceptar la candidatura de Encinas, dado que él rechazó la coalición.

Cuando López Obrador estaba por declarar la defunción de la alianza, Romero recalcó que el PAN no tenía un plan B, sino un plan A, o sea, proponer como abanderado a Luis Felipe Bravo Mena, ya que los perredistas tenían varios precandidatos y Encinas es el más mencionado.

De hecho, dejó en manos del PRD el futuro de la alianza al señalar que el PAN esperaría las conclusiones del Consejo Nacional perredista para que nos diga por dónde caminar.

Al preguntarle si el Presidente compartía la postura pro aliancista, respondió: Ah, no, por supuesto, la compartimos. Pensamos que vale la pena tenerla. Nosotros hemos puesto todo lo necesario y estamos ahí en espera.

Luego Gil buscó enmendar las declaraciones de su correligionaria. Manifestó que Calderón apoya a Bravo Mena como precandidato y que fue muy enfático en que no sólo respetará las decisiones del PAN, sino también mantendrá distancia.

Como remate, Madero explicó en un comunicado que los dichos de Romero pueden deberse a una interpretación personal, por la actitud positiva que mostró Calderón cuando fue informado de la consulta ciudadana. Y aclaró: de ninguna manera marcó línea o instruyó al partido sobre qué postura tomar respecto al futuro de la alianza en el estado de México.