En el cerebro se producen predictores que despiertan el gusto por el otro: experta de la UNAM
Ellas se fijan en hombres altos, de espalda amplia y rostro simétrico, características de un buen proveedor; ellos, en la cadera, relacionada con la inteligencia: Georgina Montemayor
Nueva York. Más de uno de cada cinco adolescentes estadunidenses a los que el médico indica analgésicos fuertes, estimulantes u otras medicinas consume demasiada cantidad de esas sustancias, en algunos casos con la intención de drogarse, reveló un estudio. Tomar una dosis demasiado elevada conlleva efectos peligrosos, pero al menos 10 por ciento de los jóvenes lo hace deliberadamente, indica la investigación publicada en Archives of Pediatric and Adolescent Medicine. Ha aumentado la prescripción de sustancias controladas en los pasados 15 años, pero también en el uso no medicinal de estas sustancias
, señaló Sean Esteban McCabe, de la Universidad de Ann Arbor, en Michigan.
Londres. Varios inversionistas australianos y de otras nacionalidades sumaron sus recursos para agilizar las investigaciones que harán posible dejar en la historia las inyecciones y emplear nanoparches. Los nanoparches, menores a una estampilla de correo, están compuestos por cientos de microscópios filamentos que al entrar en contacto con la piel introducen la sustancia activa sin dolor. La vacuna llega a células receptoras especiales en la piel, cuyo número supera por mucho a las que se encuentran en los músculos, adonde llegan las inyecciones. El profesor Mark Kendal encabeza el estudio en el Instituto Australiano de Bioingeniería y Nanotecnología.
Londres. El confort que produce consumir un helado o un pastel en los momentos de estrés no deriva exclusivamente de la experiencia sensorial placentera, sino de señales puntuales que registra el cerebro al recibir grasa, según un estudio de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, publicado en Journal of Clinical Investigation. Se usaron controles con imágenes por resonancia magnética para evaluar los efectos de los ácidos grasos sobre las emociones al inyectarlos directamente en el estómago. Los resultados mostraron que comer grasa parece hacernos menos vulnerables a las emociones tristes, aun cuando no sabemos que la estamos ingiriendo
, dijo Lukas van Oudenhove, director del estudio.