Del perdón a la traición
Recomponer, reafirmar
Oportunidad a Sicilia
Foco azul, no rojo
Capitales en busca de un refugio confiable
Insisten en la desaparición del IETU
La pensión alimentaria de un niño rico
Micrófono y cifras históricas
Los tres tristes tigres, otra vez
Desempleada, 23% de la PEA
os datos recientes sobre los descensos en el crecimiento de los sectores manufacturero y de servicios en Estados Unidos; las cifras sobre una disminución en la creación de empleos en el sector privado de ese país, y los indicadores que ponderan caídas en el poderoso mercado interno estadunidense saldaron ayer con el reconocimiento, por parte de las autoridades de la Casa Blanca, de que su economía nacional enfrenta una desaceleración, aunque descartaron el peligro de una recesión. Menos eufemísticos resultan los señalamientos del influyente fondo de inversiones Pimco, cuyo director, Bill Gross, advirtió que la economía estadunidense está estancada
y que la Reserva Federal podría incluso adoptar medidas para contrarrestar dicha pérdida de dinamismo.
Reclama Fernando del Paso desatención de Telmex
esde el pasado domingo 31 de julio mi teléfono de Guadalajara está descompuesto.
a línea oficial en casi todas partes es que la economía-mundo pronto se pondrá bien si tan sólo hacemos esto o aquello. El hecho es que nadie –ni los gobiernos ni los megabancos, ni siquiera los economistas obtusos– realmente lo cree.
ncluso para los que no somos cristianos queda claro que cuando Alejandro Solalinde habla de perdón se refiere a la dimensión moral y religiosa del asunto, no a la responsabilidad legal de los victimarios. Y aun así: perdonar no es justificar.
lgunos opinantes ya dan por muerta la prevista encuesta para decidir quién va como candidato del PRD a la Presidencia de México. No pocos de ellos han estado usando una nota falaz publicada en el diario Reforma el 13 de julio de este año, firmada por Erika Hernández y Claudia Guerrero. En esa nota, a partir de lo supuestamente dicho por uno de los coordinadores (sin nombre) en el encuentro que se llevó a cabo el 11 de julio, se afirmó que López Obrador había expresado que él será candidato a la Presidencia de la República en 2012, ya sea por uno, dos o los tres partidos de la izquierda
.
as historias de las víctimas del combate al narcotráfico que se han hecho públicas en las últimas semanas hablan sobre todo del desamparo en que se encuentran miles de familias que han perdido a un ser querido. El gobierno no ha podido o no ha sabido atender la soledad en que se encuentran los deudos que acuden a la policía, a las procuradurías, en busca de apoyo, y que se topan con un muro de silencio, o con la aterradora realidad de que las autoridades carecen de recursos para hacer las investigaciones que demanda la aclaración de cada uno de los casos. Nada más que por esa razón el gobierno es el primer acusado al que apunta el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que encabeza Javier Sicilia, porque ha pecado por omisión, por indolencia, por indiferencia, por incompetencia, porque ha hecho a un lado una razón capital de la existencia de todo Estado, del cual el gobierno es instrumento: la protección de la población.
uarenta años después que el más célebre de sus predecesores en el cargo en el último medio siglo, Hillary Clinton lo emuló al realizar un casi subrepticio viaje a China en la segunda mitad de julio de 2011. El que esta visita haya pasado virtualmente inadvertida se debió, como es evidente, al grado de concentración de la atención y preocupación de la opinión pública mundial con el drama que por esas fechas se desarrollaba en Washington alrededor del tope de endeudamiento del gobierno estadunidense y el límite fatal del 2 de agosto. Ahora, unos días después, cuando algunos de los elementos de tensión, no carentes de sensacionalismo inducido, se han disipado, cabe preguntarse si, a la vuelta de 10 o 20 años, cuando se rememore este particular momento del verano boreal de 2011, se considerará más trascendente lo ocurrido en Washington, con todo ese espectáculo que transitó entre la comedia de equivocaciones y la ópera bufa, o lo acontecido en Shenzhen, a unos cuantos kilómetros de Hong Kong, donde la sucesora de Henry Kissinger fue recibida bajo el velo de la secrecía, o cuando menos de la reserva diplomática, por su contraparte chino, Dai Bingguo, quien sin duda se sentiría complacido de que se le identificase como sucesor de Zhou Enlai. Debo la información en que se basa este comentario a un ilustrativo artículo de David Pilling, publicado el 27 de julio en el Financial Times de Londres, bajo el sugerente título de “Hillary’s charm offensive in China’s backyard”. El autor discute las razones que llevaron a la secretaria estadunidense de Estado a incursionar en el traspatio del segundo país más importante del mundo
, alrededor del litoral del Mar del Sur de China, ofreciendo el rostro amigable de los buenos oficios de su país para mediar en las disputas limítrofes del área, que meses atrás habían alcanzado momentos de tensión sin precedente, al menos en el presente siglo. Elijo entonces este acontecimiento, más que agregar comentarios tan previsibles como seguramente reiterativos al tema del momento, inclinándome a pensar que, en el futuro, la relación sino-estadunidense pesará más en los asuntos globales que el enfrentamiento con los fanáticos del equilibrio presupuestal que ganaron la batalla de Washington. Aludiré, entonces, no a la humillación de Obama –cuyas consecuencias serán muy costosas para Estados Unidos y para países que, como México, sufren de una dependencia umbilical respecto de lo que ahí ocurre– sino a Hillary Clinton y a su viaje secreto.
l creciente peligro de una segunda recesión de la economía mundial, sin apenas haber salido de la de 2008, ya se da por sentado públicamente hasta por observadores de la derecha empresarial y académica. Los temores se acrecientan después del acuerdo sobre el presupuesto, donde la ultraderecha del Tea Party impuso su agenda a los republicanos e hizo retroceder a Obama de nuevo. En este caso mucho, a la contracción del gasto público, que estrangulará más la exangüe economía, continuará enriqueciendo a los ricos e impondrá un sacrificio todavía mayor a la clase media, los trabajadores y los más de 14 millones de desempleados, que en realidad podrían pasar fácilmente de los 20 millones. El problema es que no estamos ante otra crisis cíclica del sistema y, ni siquiera, de una comparable por su magnitud con la gran depresión de 1929, pese a las terribles consecuencias y la duración de esa hecatombe.
omo se esperaba, en el último momento los grupos parlamentarios estadunidenses llegaron a un acuerdo que aprueba una elevación del techo de deuda. A cambio del incremento de 2.1 billones de dólares a una deuda de 14.3 billones, los republicanos lograron imponerle al gobierno de Obama una reducción del déficit fiscal basada en disminuciones al gasto público que sumarán 2.4 billones de dólares en 10 años, de los cuales inmediatamente se recortarán 900 mil millones. Los demócratas y el gobierno de Obama aceptaron que no se elevaría ningún impuesto. De esta manera el triunfo republicano fue rotundo y lo fue aún más el de la derecha del Tea Party.
l teatro para niños en nuestro país, como en otros, ha sufrido muchos cambios, desde el caduco concepto de aprender divirtiendo
que fastidió muchas infancias, hasta lo que en la actualidad se atreve a decir, como el enamoramiento infantil, el divorcio de los padres, la muerte de un ser querido o el matrimonio de dos príncipes homosexuales. Tampoco hay que olvidar la larga secuela de Cenicientas y otras adaptaciones de cuentos clásicos –en general no escritos para niños– que repetían y repetían las mismas historias de una compañía a otra (desde luego, no eran tantas), aunque entre nosotros y desde hace bastantes años, se buscara renovar el género con aportes de escritores como Magda Donato con la versión teatral de sus Pinocho y Chapete. Posteriormente se encomendaron obras a dramaturgos como Sergio Magaña y Emilio Carballido que dieron nuevos giros al teatro infantil, aunque las cenicientas sigan en algunos escenarios con sus galas marchitas por el uso y el desdén a los niños.