Según correos electrónicos no se les informó del tráfico de armas a México
Sábado 3 de septiembre de 2011, p. 20
Los Ángeles, 2 de septiembre. Al menos tres altos funcionarios de la Casa Blanca tuvieron mayor conocimiento de la operación encubierta Rápido y furioso de lo que hasta ahora se suponía, según se desprende de varios correos electrónicos enviados el jueves por el Departamento de Justicia al Congreso, reveló el diario Los Angeles Times.
El rotativo, que afirma haber tenido acceso a los correos electrónicos, indica que no dan a conocer que los altos funcionarios hubieran sido informados de la parte más controvertida de Rápido y furioso: el hecho de que por medio de esta operación de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF) se permitiera que las armas llegaran a México sin interferencias, pese a que se sospechaba que estaban destinadas a cárteles de la droga.
El programa comenzó a finales de 2009 en Arizona, cuando la ATF permitió que traficantes introdujeran ilegalmente armas de alto calibre a México, con el objetivo de localizarlas posteriormente en escenas de crímenes y, así, rastrear a los cárteles responsables de los delitos, aunque finalmente se perdió el rastro del armamento.
El hecho de que algunas de estas armas se hallaran en el lugar donde fue asesinado un agente fronterizo estadunidense –en diciembre pasado– desató el escándalo y provocó una investigación de los congresistas republicanos Darrell Issa, de California, y Chuck Grassley, de Iowa.
Un funcionario de la Casa Blanca consultado por el Times, con la condición de mantenerse en el anonimato, rechazó la posibilidad de que las comunicaciones por Internet sean evidencia de que alguien en la Casa Blanca supiera que Rápido y furioso era una operación encubierta.
Los correos electrónicos validan lo que se ha dicho previamente: que nadie en la Casa Blanca conocía las tácticas de investigación usadas en la operación, y de que hayan tomado alguna decisión para que las armas salieran
de Estados Unidos a México, declaró el funcionario.
De acuerdo con esta fuente, en todo caso los empleados de la Casa Blanca recibieron la misma información a grandes rasgos
que los diputados del Comité de Supervisión Gubernamental, presidido por Issa.
Uno de los correos muestra la existencia de contactos entre el director de la oficina de ATF en Phoenix, Arizona, William Newell, y el entonces director para Norteamérica del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) de la Casa Blanca, Kevin O’Reilly.
Otro correo corrobora que O’Reilly se refirió al tema con Dan Restrepo, asesor del presidente Barack Obama para asuntos relacionados con América Latina, así como con el director de la Oficina para Políticas Antiterroristas y Antinarcóticos del CSN, Greg Gatjanis.
La información se conoce en la misma semana en que el director en funciones de la ATF durante la controvertida operación, Kenneth Melson, fue removido del puesto y reasignado a otro cargo, aunque el Departamento de Justicia no vinculó la decisión con Rápido y furioso.
Los Angeles Times ha publicado varias notas con las que ha tratado de mostrar irregularidades de la operación encubierta.
A finales de junio, Obama anticipó que su administración tomará las acciones apropiadas
para responder a la operación, pero reiteró que las más altas autoridades de su gobierno no aprobaron el plan.