Nueva York, 10 de septiembre. Nueva York y Washington están bajo amenaza de un atentado terrorista creíble pero no corroborado por parte de agentes vinculados con Al Qaeda en vísperas del décimo aniversario de los atentados del 11-S contra ambas ciudades.

Con Barack Obama y el ex presidente George W. Bush, además de otras figuras de alto perfil, la edificación del monumento al 11-S en la zona cero en esta ciudad, como parte de los actos oficiales del décimo aniversario, y otro acto con Obama y militares en el Pentágono, Nueva York y Washington elevaron su nivel de alerta y desplegaron un enorme escudo de seguridad visible y encubierto.

Desde el miércoles, los servicios de inteligencia detectaron información específica y creíble, pero no corroborada de un posible atentado con coche-bomba en Nueva York o Washington para coincidir con el aniversario del 11-S. Algunos altos funcionarios del gobierno federal informaron que la alerta proviene de zonas tribales en la frontera Pakistán-Afganistán. Según algunas versiones, se trata de dos o tres individuos que viajaron hacia Estados Unidos en días recientes, dos de ellos posiblemente ciudadanos estadunidenses pero con nombres comunes en Medio Oriente (según una fuente citada por Ap, uno puede tener el nombre de Suliman), y que se sospecha que podrían actuar bajo órdenes de Ayman al-Zawahri, nuevo líder de Al Qaeda.

Poco a poco, altos funcionarios y finalmente el vicepresidente Joe Biden y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se pronunciaron sobre el tema en las recientes 48 horas. Hoy el presidente Obama reiteró la necesidad de mantener sus esfuerzos contra los terroristas y sostuvo que la seguridad de los estadunidenses tiene que ser la prioridad de todos los departamentos y agencias del gobierno a todos sus niveles.

En tanto, los alcaldes de Nueva York y Washington intensificaron más los ya de por sí elevados niveles de seguridad, aunque pidieron a los ciudadanos continuar con sus rutinas cotidianas, pero mantenerse atentos a cualquier actividad sospechosa.

El comisionado de policía de Nueva York, Ray Kelly, comentó a los medios: estamos preocupados. El terrorismo es teatro y este es un escenario, probablemente ahora, el escenario más grande del mundo.

El escudo no sólo incluye miles de policías de Nueva York (igual en Washington), sino representantes de 30 agencias de seguridad pública federales (incluyendo la FBI y el Servicio Secreto) y locales, buzos en los ríos, guardacostas, francotiradores y hasta integrantes de la Guardia Nacional. Helicópteros patrullan, junto con aviones militares, el espacio aéreo de ambas ciudades.

Integrantes de las unidades Hércules de la policía de Nueva York, agentes capacitados casi como fuerzas especiales, con armas de alto calibre y ametralladoras, vestidos estilo robocop, están desplegados en puntos estratégicos de la ciudad, además junto de una amplia presencia policiaca en los sistemas de transporte –trenes, metros, centrales de autobuses, túneles y puentes– como en Wall Street, Times Square y por supuesto la zona cero.

Desde el viernes, el tránsito por Manhattan ha sido afectado a causa de retenes en puentes y puntos claves de la ciudad que revisan automóviles y camiones. También se establecieron puntos de inspección policiaca frente a grandes tiendas como Macy’s, y en sitios como Columbus Circle, entre otros.

Equipos antibombas, detectores de armas bacteriológicas, químicas y nucleares han sido desplegados, así como perros policía en busca de explosivos.

La policía decidió congelar una periferia de 20 cuadras en torno a la zona cero para controlar la sede donde Obama y Bush se presentarán junto con familiares de las casi 3 mil víctimas de las Torres Gemelas, para el acto de conmemoración.

Aunque este tipo de amenazas ya se habían anunciado múltiples veces en esta década, y hasta se habían vuelto parte de la nueva normalidad posterior al 11-S en este país, en esta ocasión sí provocó cierta sensación de preocupación en las calles de ambas ciudades, aunque no generó interrupciones más allá de embotellamientos del flujo de la vida urbana.

Pero la alerta y la presencia masiva de las fuerzas de seguridad pública comprueban que Estados Unidos no puede declarar victoria en su llamada guerra contra el terror, proclamada hace 10 años.

Esta noche se iluminó el cielo sobre la zona cero, con el llamado Tributo en luz, donde dos faros envían columnas de luz blanca desde el sitio, y en las mismas dimensiones donde estaban las Torres Gemelas –algo que se ve desde 100 kilómetros de distancia. Pero esa luz aún no logra romper la oscuridad del temor que impera en este país.