Porque nadie debe permanecer en silencio ante la barbarie que hoy priva en México, músicos nacionales y extranjeros que residen en el país efectuaron ayer un concierto en memoria de las más de 50 mil personas que han muerto en el actual sexenio como resultado de la extrema violencia que priva en el país.

La presentación, organizada de forma independiente, tuvo lugar al filo del mediodía en la explanada principal del Palacio de Bellas Artes y, según se informó, fue replicada a la misma hora en otros puntos del territorio nacional, así como en algunas ciudades de Estados Unidos y Europa, entre estas últimas, en Viena, Austria.

Aquí participaron decenas de cantantes y atrilistas profesionales pertenecientes a diversos coros y orquestas de la capital del país, además de estudiantes, todos con el clamor de que la armonía del arte y la cultura se impongan al horror de la violencia y la barbarie.

Sin mucha difusión, debido a la falta de recursos económicos, el concierto logró convocar a un público de cerca de dos centenares de personas, las cuales se mantuvieron estoicas en su lugar durante la hora que duró el acto, no obstante el inclemente sol de este miércoles en la ciudad de México.

Contra el odio, el temor y el terror

Nada tenemos que celebrar este 15 de septiembre, cuando en el país existen más de 50 mil muertos en lo que va del sexenio, dijo la soprano Lourdes López, organizadora de este acto artístico, quien leyó un breve mensaje en el que se destacó el papel de la educación y la cultura como elementos indispensables para la recomposición política y social.

La apatía, la indiferencia, el abandono, el desgano, la dejadez y el desánimo, junto con el miedo, han contribuido a la degradación de todo el conjunto de la sociedad durante los pasado 80 años, llevándolo a extremos como la irracional violencia que hoy padecemos, sostuvo la cantante.

La parte musical incluyó el Requiem escrito por Wolfang Amadeus Mozart y, de último momento, se cambió el cuarto movimiento de la Novena sinfonía de Beethoven por el coro de Los hebreos, de la ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi.

Cuatro voces de renombre internacional encabezaron el elenco: la soprano Conchita Julián, la mezzo Amelia Sierra, el tenor Leonardo Villeda y el barítono Armando Gama, con la dirección concertadora de Sergio Cárdenas.

Aunque se trató de un acto artístico, los organizadores no negaron que detrás hubo y hay intenciones políticas, pues este concierto es tomado como la simiente de un movimiento de tipo social impulsado por artistas.

No pertenecemos a ningún sindicato, partido político u organización social. Somos artistas y con esto queremos exigir paz. Se lo exigimos al presidente de la República: nuestro México necesita paz y desarrollo social, y estamos convencidos de que eso puede obtenerse a través de la educación y la cultura, subrayó Lourdes López en entrevista.

Al finalizar la presentación, Sergio Cárdenas recordó que los artistas son primero que nada personas y ciudadanos y que, como tales, no pueden mantenerse ajenos ni indiferentes a su entorno y circunstancias, además de considerar que todo hecho artístico es un acto político

Estamos aquí como parte de un clamor general de la sociedad de querer ser productivos y vivir en paz. Queremos tener la oportunidad de ser solidarios con nuestro prójimo y para ello es importante que esta tremenda onda de violencia que sufre nuestro país se acabe de inmediato, sostuvo.

“No es posible que estemos en medio de esta cultura del odio, el temor, el terror y que, poco a poco, la sociedad retroceda a tales niveles de barbarie. El artista, como cualquier otro profesional y ciudadano, debe aportar lo que sabe en su campo; no podemos esperar que agarre ametralladoras, pistolas o escudos para defenderse de la violencia.

El artista debe contribuir con lo que sabe hacer, y me parece que actos de esta naturaleza son muy importantes, porque hay que crear conciencia en todos. Es una ilusión, una falacia pensar que el gobierno va a solucionar todo.

En el mismo sentido se manifestó el tenor Leonardo Villeda, quien cuestionó la apatía y la indiferencia que prevalecen en la sociedad, y sostuvo que eso, de alguna manera, la hace corresponsable de las circunstancias que vivimos.

No podemos seguir siendo un pueblo rehén de esta violencia tan cruenta y excesiva; debemos alzar la voz para expresarnos en contra de tanta crueldad, resaltó el cantante, quien hizo un llamado a la ciudadanía para, cada quien desde su ámbito, lograr salir adelante de tan grave problemática.