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Problema de peso

Es un negocio de millones de pesos, dice especialista del Instituto Nacional de Nutrición

Clínicas para obesos, mercado poco regulado

El método de Pronokal es riesgoso; puede dejar huellas en hígado y riñones, asegura

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Francisco Blake Mora y Patricia Espinosa dan muestra de la efectividad de las costosas dietasFoto Roberto García y Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de septiembre de 2011, p. 9

Ilusionado con perder kilos, el paciente abandona la comida habitual y prepara unos polvos de proteínas que como por acto de magia se convierten en pasteles, cafés o crepas. En ese tiempo puede deprimirse, sentirse triste, estar irritable, cansado, con náuseas o vómito, padecer arritmias cardiacas, convulsiones, estreñimiento y molestias en el aparato urinario o la vesícula viliar.

¿Qué dieta no es complicada?, dirán algunos. La marca comercial española Pronokal, favorita de políticos, artistas y de mandos de la Policía Federal, es de ésas que generan asombrosos resultados: quita ocho o más kilos en un mes, pero despierta polémica y es reprobada por algunos especialistas en nutrición.

Por su alto costo (12 mil pesos mensuales en la primera etapa) está dirigida a una élite que acepta el riesgo con tal de verse y sentirse mejor. El mercado del sobrepeso y la obesidad es un gran negocio de millones de pesos, poco regulado por la Secretaría de Salud, dice el doctor Abelardo Ávila, investigador del Instituto Nacional de Nutrición.

En dos años, 2 mil mexicanos y 120 mil en otros países se han sometido al llamado método Pronokal. Al principio se alimentan de proteínas en polvo y suplementos vitamínicos en pastillas, frugales ensaladas verdes y una cucharada diaria de aceite de oliva. Esto provoca que el organismo entre en cetosis, el cuerpo padece una especie de desnutrición controlada y comienza a consumir su grasa de reserva para producir energía.

¿Rigor y ciencia para la pérdida de peso?

En el segundo piso del World Trade Center, donde están las oficinas de Pronokal, cuya razón social en México es Adipomex, todos parecen estar a régimen: la directora, Ana Alba, proveniente de España; las nutriólogas que asesoran por teléfono, la recepcionista, las secretarias, todas están muy delgadas.

Por ahí pasan cientos de pacientes que compran su alimento del día: proteínas en polvo. Diariamente necesitan una caja de 365 pesos, además de pastillas de sal, potasio, magnesio, calcio y vitaminas, que valen de 160 a 270 pesos la caja. Total: siete mil pesos la primera semana, con estudios y consultas.

Pero antes de iniciar el tratamiento el médico les advierte que vienen días difíciles. Les prohíbe el consumo de casi todos los alimentos, incluidas las frutas, y no se diga de bebidas alcohólicas. Les advierten que si las toman pueden tener convulsiones, porque cuando el alcohol entra a la sangre se vuelve más tóxico.

Si aun así se animan deben presentar estudios de laboratorio para descartar daños hepáticos, renales o cardiacos, que pueden profundizarse. Deben ser personas con sobrepeso y obesidad, pero sanas.

Como último paso firman una declaración de consentimiento informado, donde aceptan los posibles riesgos y autorizan la aplicación de procedimientos y/o medidas terapéuticas adicionales (incluido el uso de sangre y sus derivados) para el mantenimiento de su salud si ocurren contingencias durante el tiempo de duración del tratamiento.

Es altamente riesgoso, concluye el doctor Ávila. La cetosis es un mecanismo de intoxicación controlado, pero no inocuo; deja huella en el hígado y los riñones, sobre todo en personas enfermas, cuyos estudios no lo revelan aún. Lo más recomendable, además, es bajar dos kilos por mes para evitar el rebote.

Para quien dice haber visto cientos de dietas milagro en décadas, ésta se basa en el viejo y desacreditado concepto del doctor Atkins, de sustituir carbohidratos y grasas por proteínas, aunque en este caso no son de origen animal, sino vegetal.

La doctora Amanda Cantú, responsable de la capacitación de los médicos de Pronokal, reconoce que Atkins y Pronokal hacen lo mismo (cetosis), pero por medios completamente distintos. De hecho el doctor Atkins murió obeso, cardiópata y con una serie de problemas metabólicos por seguir su propia dieta.

En las oficinas de la empresa, Víctor Hugo Córdova Pluma, médico del Hospital Ángeles del Pedregal, rebate: Se vale perder peso rápidamente, pero no solos y sin vigilancia médica.

Argumenta que además Pronokal tropicalizó su método aplicando un estudio sobre los efectos en la población mexicana, pero no lo muestra.

Los resultados –que posee este diario– indican que los adultos mexicanos tratados lograron la pérdida de la porción de grasa considerada como la promotora de acciones metabólicas; sin embargo, existe una tendencia a la elevación del ácido úrico en esta población.

Córdova reconoce riesgos: Uno es el abandono, porque vuelven a ganar peso, y el otro es no seleccionar bien a los pacientes, ya que les pueden dar calambres, diarrea, caída del cabello, comezón. Pero no hay riesgo mayor.

–¿Eligieron a México porque el problema de la obesidad es fuerte?

–Sí, fue eso –dice sonriendo la directora de la empresa. Córdova añade: Porque México es un país de muchas oportunidades. Claaaro, y nosotros estamos contentos. Las empresas cierran y nosotros creamos empleos: 30 en dos años.