Activistas reconocen avances del sector femenino en puestos de poder
apenas un paso hacia la ciudadanía efectiva
Lunes 17 de octubre de 2011, p. 18
El derecho al voto de las mujeres, reconocido hace 58 años en México, representa para las mujeres indígenas apenas un paso hacia una ciudadanía en construcción, señalaron activistas por la participación política de las mujeres en comunidades rurales.
Las indígenas vemos el derecho al voto como parte de un avance, pero no como la única vía para desarrollar nuestra ciudadanía
, expresó Martha Sánchez, coordinadora de la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México.
Añadió que en las comunidades originarias el derecho al voto pasa a segundo plano para las mujeres, pues se preocupan por derechos humanos básicos, como acceso a agua potable o educación.
Afirmó que si bien el derecho al voto es un avance, en la vida cotidiana es un desafío y un reto constante
poder ejercerlo directa, plena y libremente sin ser motivo de políticas asistencialistas que impiden que haya una ciudadanía efectiva y un derecho al voto libre, pensante y decidido
.
Sofía Robles, electa presidenta municipal en asamblea comunitaria de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, para el periodo 2012, consideró que ha habido avances en el acceso de mujeres a puestos de decisión, y esto se debe a que han demostrado ser una fuerza en el campo y las comunidades, y su llegada a cargos de autoridad obedece al reconocimiento a su buen desempeño de la comunidad.
Apuntó que nada es tan decisivo como el papel que las mujeres desempeñan en la propia vida comunitaria, al tener una participación activa en la vida del campo y demostrar que son una fuerza y pueden dar soluciones prácticas, como aportar a la economía
.
Sánchez coincidió en que el avance paulatino de las mujeres a puestos de poder tiene que ver con el reconocimiento de su labor dentro de las comunidades y a los resultados que dan en su gestión, así como al conocimiento de sus derechos políticos.
Explicó que las dificultades para la participación política plena de las mujeres no sólo se deben a la falta de autonomía o el machismo en los sistemas de usos y costumbres con los que se rigen algunos pueblos, sino a un vacío del Estado, pues se carece de acceso al Registro Civil y, por tanto, no existimos oficialmente
.
La defensora de los derechos de la mujer subrayó la importancia de formar nuevos liderazgos y construir un poder político diferente.