Es parte del proyecto de alcaldesa priísta para modernizar
el zócalo e introducir el metrobús
La zona tiene valor histórico y arquitectónico; se debe contar con permiso del INAH, señala activista
Domingo 23 de octubre de 2011, p. 31
Veracruz, Ver., 22 de octubre. Pese a la oposición de residentes y vecinos de Paseo Salvador Díaz Mirón esta semana se inició el derribo de árboles, algunos centenarios, de este emblemático sitio del centro histórico de Veracruz.
La alcaldesa priísta Carolina Gudiño Corro impulsa su proyecto de remodelación y modernización de los espacios públicos que abarca a este sitio y aunque a la pregunta –hace cuatro meses– de que si derribaría árboles declaró que ni que estuviera loca
, un comunicado de prensa de su ayuntamiento informó el martes que se reubicarán
un total de 110 árboles del paseo, mismos que se sustituirán por palmillas para reforestar el área
.
Palmas reales –consideradas especies protegidas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales–, pinos de diversas variedades, casuarinas y árboles umbrosos cuyos diámetros de tronco algunos alcanzan 1.70 y otros 2.40 están contemplados en la traza de la ampliación de esta avenida, proyecto que el gobierno de Gudiño anunció para introducir el metrobús.
La inversión será de 56.5 millones de pesos, y según el director de Ecología del ayuntamiento Antonio Coutiño Aguirre sólo derribarán 40 árboles porque ya están viejos y son un peligro para los transeúntes
. El inicio de las maniobras causó estupor en los jarochos y en los más viejos una profunda tristeza, algunos de los cuales son propietarios de viviendas y negocios a los lados del paseo, como Héctor de Luna, cuya farmacia, La Guadalupana, data de 1927 y que fundada por su padre.
A mí el ayuntamiento de Veracruz nunca me pidió permiso para hacer esto. Las dos veces que pasaron haciendo encuestas sólo preguntaban si uno estaba de acuerdo en remodelar el paseo, y cómo no, si esto estaba descuidado, pero nunca me preguntaron si estaba de acuerdo en que tiraran árboles
, comenta De Luna.
El director de Obras Públicas del ayuntamiento porteño, Jorge Enrique Baños Illeana, justificó el martes pasado el derribo de árboles hecho con motosierras eléctricas, explicando que en su lugar se sembrarán mil palmas pequeñas en un periodo que no especificó.
También ese día se enfrentó verbalmente con los reporteros que acudieron al paseo porque no quería que tomaran imágenes de los grandes árboles derribados. Por la noche llamó a una televisora local y en medio de la entrevista acusó que la empresa de televisión de cable ha incumplido con los trabajos que le tocan del cableado subterráneo del paseo –dijo– y por ello la obra se esta retrasando
.
Modernidad autista
La alcaldesa presentó el proyecto integral de remodelación en forma parcial hace más de un mes en el ayuntamiento. Convocada la prensa y las cámaras de comercio, se negó el acceso a los grupos defensores del medio ambiente.
Bogar Franco, del grupo Defensa del Centro Histórico de Veracruz, afirma que el dictamen técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), delegación Veracruz, cuya copia ofreció a La Jornada, estipula que el paseo tiene valor histórico y arquitectónico, por lo cual cualquier intervención debería ser con permiso del INAH.
Por su parte, Felipe Celestino Sermeño, de la Red de Vecinos de la alameda Salvador Diaz Miron, encabezó esta semana una protesta en el zócalo por el derribo de los árboles, pero nunca fue recibido por la alcaldesa.
Hasta la fecha, el INAH-Veracruz se ha negado a emitir postura sobre la remodelación. Uno de los argumentos para iniciar la obra fue que Veracruz necesita modernizar su transporte público. Por el paseo transitan diariamente un total de 10 rutas de peseros con aproximadamente 200 unidades, de las cuales más de la mitad están consideradas chatarra. La presidenta municipal, al presentar el proyecto, dijo que serviría para introducir el metrobus, un sistema moderno de transporte que se merece Veracruz
.
Alfonso Enríquez Bousart, presidente de la Asociación de Transportistas de Veracruz, una de las varias que existen en la ciudad, alza las cejas y afirma que la alcaldesa nunca los recibió para explicarles el proyecto cuyo inicio sacó a todas las líneas que cruzan diariamente el paseo durante 12 horas o más.
–¿Habrá metrobús? –se le cuestiona a Bousart, quien serio responde: Eso es una jalada
.
Explica que la remodelación del paseo, como está ahora, no permitiría la introducción del metrobús: se necesitarían aceras de una determinada altura porque las unidades son de escalones altos; además –precisa–, un metrobús es una unidad automotora pesada que requiere condiciones especificas para operar.
Es una unidad grande y alcanza velocidades que Díaz Mirón no permite. Tendrían que sacar a todos los demás vehículos y rutas de pasaje
.
Se le comenta que esa es la idea, el plan de la alcaldesa. El empresario se encoge de hombros: Pues nosotros, terminada la obra en diciembre, regresamos con nuestras unidades
.
–¿Con todo y chatarras también? –Bousart se pone serio. Responde que sí.
Lamentablemente dice, las chatarras, algunas con más de 30 años, representan un negocio para los gestores
del transporte y las propias autoridades del ramo en los gobiernos municipales y estatales de turno.
Hasta la fecha, en el paseo van más de una decena de árboles y palmas derribados. A la edil Gudiño Corro, la crítica diaria que recibe en la mayoría de los medios de comunicación la mantienen en una actitud de silencio. No responde nada sobre el tema.
A principios de año, la doctora Ida Rodríguez Prampolini, directora fundadora del Instituto Veracruzano de la Cultura, envió a la alcaldesa una extensa carta que hizo circular por Internet, donde le pedía: Lea para que conozca la cultura de Veracruz
; y resaltaba la importancia del paseo y el significado que tiene para muchos jarochos. La alcaldesa nunca respondió.