El Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) dejó sin sanción al presidente Felipe Calderón por sus recientes declaraciones alusivas al PRI y su actuación ante el narcotráfico, difundidas en el diario The New York Times el 15 y el 17 de octubre pasados.

La sesión extraordinaria del instituto transcurrió con un llamado de integrantes de este órgano de decisión para detener la conducta de los funcionarios públicos de alto nivel cuando ésta se orienta a influir en las preferencias electorales y, sobre todo, para que no se repita –expresó el consejero Francisco Guerrero– la conflictiva, dolorosa y traumática experiencia de 2006.

Al conocer el sentido del proyecto, ese partido exigió al Ejecutivo que no meta las manos en el proceso electoral.

Más allá de sus filias y de sus fobias, más allá de las profundas frustraciones personales que se tengan, se tiene que tomar una actitud de jefe de Estado mexicano y no de jefe de un partido, advirtió Sebastián Lerdo de Tejada, representante del PRI ante el Consejo General, quien extendió la exigencia de imparcialidad al propio árbitro electoral, y criticó que éste no le ponga un alto al Presidente.

El PRI sostuvo que de manera reiterada el Ejecutivo hace un activismo mediático verdaderamente vergonzoso.

Ya hablaremos, expresó el también diputado priísta, de este ridículo programa The Royal Tour, en el cual Calderón, señaló, utiliza recursos públicos para hacer promoción incluso de su propia hermana, en pleno proceso electoral.

Al final de la sesión, el proyecto de resolución elaborado por la secretaría ejecutiva del instituto fue aprobado en lo general por los seis integrantes del Consejo General con derecho a voto. Por tanto, se declaró infundada la denuncia interpuesta por el PRI en contra de Calderón, de su oficina de comunicación social y del PAN. El tricolor anunció que apelará ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Los consejeros que promovieron un voto particular advirtieron que, al emitir una opinión desfavorable para un partido, el Presidente es parcial y, por tanto, afecta la libertad del sufragio.

Guerrero advirtió que al dejar sin sanción al mandatario, estamos permitiendo que se redite una posible intervención del Presidente de la República en el proceso electoral, lo que sería un craso y grave error.

Baños alertó que los consejeros deben colocar los frenos y los límites necesarios a la actuación de esos servidores públicos. Agregó: tengo la sensación de que si la autoridad electoral no les pone un freno, esa actitud se va a repetir a lo largo del proceso electoral, y no es justamente lo que el IFE debe realizar.

Alfredo Figueroa y Benito Nacif advirtieron que el instituto debe discutir a fondo qué hará en caso de que servidores públicos incurran sistemáticamente en presuntas intervenciones indebidas.

En respuesta a las críticas del PRI, el diputado panista Agustín Carlos Castilla, representante del Legislativo ante el Consejo General, dijo que el tricolor presenta quejas ociosas, frívolas, con marcada intención electoral y sin sustento. Es una estrategia para golpear al Presidente, aseveró.

En la citada entrevista a The New York Times, el reportero preguntó si el PRI tenía esa reputación (de negociar con el narcotráfico) y si le preocupaba que los priístas regresaran a la Presidencia.

Calderón respondió que en el PRI hay mucha gente que piensa que los arreglos de antes funcionarían ahora; ese es el caso del ex gobernador de Nuevo León Sócrates Rizzo (...) esa es la mentalidad que campea en muchos de ellos, no digo que en todos.

El IFE resolvió que en esa entrevista no se utilizaron recursos públicos, Calderón no hizo una imputación directa al PRI (relacionada con negociar con criminales) y, por tanto, no hay inducción o invitación a votar o no por determinado partido. Alega además que la entrevista fue concedida antes del inicio del proceso electoral, que la conducta no es sistemática y tampoco se acreditaron actos anticipados de campaña.