El recinto, que se ubica en la colonia Del Valle, se inauguró con la muestra Viridiana. 50
Guiones originales, audiovisuales, fotografías y objetos personales integran la exposición
Miércoles 7 de diciembre de 2011, p. a11
Con guiones originales, recortes de prensa, fotografías, audiovisuales y objetos personales se inauguró en la ciudad de México la Casa Buñuel, con la exposición Viridiana. 50.
Tras ser adquirido por el gobierno español, el recinto ubicado en la colonia Del Valle, donde viviera el cineasta Luis Buñuel, abrió sus puertas la noche de este lunes con esta muestra que conmemora los 50 años de dicha película, protagonizada por la actriz mexicana Silvia Pinal y ganadora en 1961 de la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
En la ceremonia encabezada por Manuel Alabart, embajador de España en México, y Ángeles González-Sinde, ministra de Cultura de España, Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), dijo que conocer la obra de Buñuel es identificar una personalidad que integra innumerables corrientes artísticas y literarias.
“Buñuel abrevó de Ramón Gómez de la Serna, de la poesía de Quevedo y de la dramaturgia de García Lorca, también de André Bretón, de El sueño de Salvador Dalí, así como de la fuerza visual de El beso, de Picasso. México representó para Buñuel el lugar donde trabajó intensamente”, acotó.
En la inauguración estuvieron también Marina Stavenhagen, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine); Carlos Cuadros, director del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales de España; el curador Javier Espada y la actriz Silvia Pinal.
Consuelo Sáizar afirmó que Luis Buñuel estuvo ligado intensamente a nuestro país, desde su llegada en 1946, y su naturalización como mexicano en 1949, hasta su muerte que sacudió a México en 1983
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Añadió: Aquí agudizó su mirada genial sobre la precaria condición humana en las esferas existenciales como la libertad, la muerte, la sexualidad, la crisis social y el sentimiento religioso, entre otras. Nunca buscó complacencias en su vasto y prolongado itinerario fílmico, el cual representa un legado para el arte contemporáneo de todo el mundo
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Expresó: “Hoy recordamos especialmente su película Viridiana, de la que Octavio Paz, gran amigo suyo señaló: se inscribe en la tradición de un arte pasional y feroz, contenido y delirante que reclama como antecedentes a Goya y a Posada”.
Una copia del guión original de Viridiana con apuntes del puño y letra de Luis Buñuel, un abrigo utilizado por el cineasta, la Palma de Oro de Cannes, original, propiedad de la actriz Silvia Pinal, recortes de prensa que dan cuenta del escándalo que suscitó en su tiempo la película, destacan en la muestra.
Proyecciones en pantallas táctiles de la filmografía de Buñuel y entrevistas a familiares y amigos cercanos son también algunas de las piezas que conforman la exposición.
Heredera de la tradición cultural española
Ángeles González-Sinde dijo que la adquisición de esta casa por parte del Estado español tiene como propósito crear un punto de encuentro para el cine que se realiza en nuestra lengua común.
No sólo es un lugar para la memoria, deseamos que en este espacio puedan realizarse talleres, así como actividades de estímulo a la creación, siendo para ello imprescindible el apoyo del Conaculta
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Y agregó: Deseamos que con esta primera muestra el público conozca más de la vida de este cineasta y de una película fundamental para la cinematografía universal, esperamos que los cineastas encuentren en este espacio mucha inspiración para sus obras
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Javier Espada, curador y comisario de la exposición, dijo que la película Viridiana es heredera de la tradición cultural española, pero también de la libertad con la que México acogió a Buñuel en el exilio, permitiéndole realizar el cine que todos conocemos y convertirse en un cineasta imprescindible.
Finalmente, destacan en la muestra algunas anécdotas de amigos y familiares, impresas en los muros de la casona, como la de Juan Luis Buñuel, hijo mayor del cineasta, quien recuerda el momento en que salvaron los originales de Viridiana, perseguidos por el régimen franquista.
“Yo me llevé el negativo de la película a Barcelona, y ahí lo metimos en un camión con toreros, uno se llamaba Pedret, escondido debajo de los capotes, y al llegar a la frontera la guardia civil nos dijo: ‘Toreros, suerte’ y todos íbamos sudando, los toreros también, por el miedo a que nos descubrieran”.