Lunes 26 de diciembre de 2011, p. 4
Para evitar que contingencias climatológicas como heladas y sequías acaben con recursos nativos, sobre todo los relacionados con la alimentación y la agricultura, así como evitar la biopiratería, durante los años recientes se han desarrollado diversos esquemas de resguardo para impedir la pérdida de las semillas originarias, aseguró Enriqueta Molina Macías, directora general del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS).
En entrevista con La Jornada detalló que entre estos programas están el denominado Custodios, integrado por 16 bancos comunitarios de semillas, cuatro bancos de germoplasma a escala regional y el Centro Nacional de Recursos Genéticos (CNRG), el cual ya cuenta con “alrededor de 20 mil muestras de especies vegetales y también tiene muestras in vitro de especies animales y microbiológicas”.
Molina Macías detalló que en el caso de protección de las razas originarias de maíz, para el programa Custodios fueron seleccionados 250 productores de diferentes estados del país que conservan material nativo de alto grado de pureza
en los que están representadas todas las razas originarias de dicho grano.
La funcionaria añadió que aunque en este esquema en un principio sólo había productores de la tercera edad que poseían las semillas, cada vez despierta más interés entre agricultores jóvenes que están aprendiendo a valorar estos materiales
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El compromiso que tienen es sembrar al menos una hectárea con estos materiales, y de lo que producen en esa hectárea deben aportar al programa 200 kilogramos. De esa cantidad, tres kilos van al CNRG que está en Tepatitlán, Jalisco; otros tres a alguno de los cuatro centro de conservación: los de las universidades de Guadalajara, Antonio Narro, Chapingo y el Centro Regional Universitario en Oaxaca, los que funcionan como colecciones activas y proveen de materiales para programas de investigación y mejoramiento. Los 194 kilos restantes van a los bancos comunitarios
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