Educación, salud y cultura consumirán 52 por ciento del presupuesto de 2012
Jueves 5 de enero de 2012, p. 17
La Habana, 4 de enero. Con la meta de endurecer el control del gasto público, Cuba puso en marcha hoy una nueva política de subsidios, por la cual entregará fondos a los sectores más pobres en lugar de vender productos con precios reducidos en forma artificial.
El gobierno del presidente Raúl Castro se propuso el año pasado contener el presupuesto dentro de un déficit de 3.8 por ciento del producto interno bruto, lo que consiguió al tener menos ingresos y también menos gastos. El mismo sobregiro quedó previsto para 2012.
El nuevo enfoque aumenta el gasto corriente en casi 3 por ciento, según informó el mes pasado la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza. Explicó el alza por los 806 millones de pesos (unos 32 millones de dólares al cambio comercial) que se destinarán a familias que no tienen recursos para construir o reparar sus viviendas. Los fondos podrán emplearse en la compra de materiales o el pago de mano de obra.
Pero éste es el primer cambio de política en esta materia, en 50 años que llevamos los economistas diciendo que está bueno ya de subsidiar productos
, dijo el vicepresidente Marino Murillo cuando anunció la nueva línea, en diciembre de 2010.
Después de décadas de subsidios ilimitados, Cuba empezó a reducirlos en los años 90, al estallar la crisis post-soviética. Se descongelaron tarifas en espectáculos, transporte y energía eléctrica y el recorte creció después de que Raúl Castro asumió el gobierno en 2006. Entre otras medidas, se redujo la canasta básica, un paquete alimentario para unos diez días por persona, que se vende a precios simbólicos y está en vías de extinción.
La educación, la salud y la cultura consumirán 52 por ciento del presupuesto de 2012, pero su gasto seguirá a la baja como en los últimos años, informó Pedraza.
Sin embargo, este año habrá más de 400 millones de pesos (16 millones de dólares) para ayuda de subsistencia a personas de escasos recursos, más de 400 centros para ancianos e impedidos físicos y el seguro de desempleo. Lo anterior manifiesta la voluntad del Estado cubano de garantizar protección a los ciudadanos más necesitados, a pesar de las restricciones económicas existentes
, subrayó la ministra.
La Gaceta Oficial publicó hoy un acuerdo del Consejo de Ministros, que reserva 48.5 por ciento del impuesto a la venta de materiales de construcción, para subsidiar a familias de escasos recursos.
Durante décadas, el Estado ejecutaba o controlaba la construcción de vivienda, pero en 2010 se autorizó a los particulares edificar su propia casa y se abrió el mercado de materiales.
Algunos productos aparecieron con precios diferenciados, uno normal y otro subsidiado, para hacer accesible la mercancía a los sectores más pobres. Sin embargo, la práctica demostró que era una vía para alimentar el mercado negro.
Los gobiernos municipales otorgarán el nuevo subsidio tras estudiar cada caso. Si procede la ayuda, las partes firmarán un contrato y los recursos quedarán disponibles en cheques nominativos.
Con un déficit acumulado de cerca de medio millón de viviendas, la terminación de nuevas unidades en Cuba se ha reducido en los últimos años, para caer de 11 mil en 2006 a 34 mil en 2010, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
El gobierno ahora estimula a los particulares para que construyan o reparen su casa, sin esperar los planes oficiales, como era la norma en el pasado. Además de la nueva política de subsidios, en diciembre pasado una reforma abrió el crédito bancario individual para obras de vivienda.