Mañana, en punto de las 16:30, la plaza de toros de Atitán, Jalisco, se convertirá en el escenario de un singular concurso. Los matadores, Miguel Ángel Martínez El Zapopan y Antonio Bricio, se disputarán un premio de 5 mil pesos que será entregado a quien realice el mejor quite de la tarde. La fiesta se llama Revuelo de Capotes y la convoca el fotógrafo taurino Óskar Ruizesparza.

Atitán es la cuna del tequila y en estos días celebra su feria de carnestolendas como todos los años, lo que garantiza de antemano un llenazo hasta la bandera. Lo peculiar de esta competencia es que tanto El Zapopan como Bricio sólo podrán ejecutar lances de capote que hayan sido creados por toreros jaliscienses, que no son muchos.

A saber, Pepe Ortiz –autor de la orticina y el quite de oros–, Eliseo Gómez El Charro, Humberto Flores y el propio Zapopan, quien con la zapopina –esa especie de chicuelina en la que el capote vibra, se ondula y tiembla en el cite y en la reunión– hizo una de las aportaciones más sobresalientes al toreo del siglo XXI en cuanto variante de las artes plásticas.

El jurado será constituido por el doctor Gerardo Vaca, el ingeniero Valente Arellano y don Manuel del Río, miembros de la peña Mal de Montera, así como por Felipe Álvarez y Juan Mario González, de la peña La Solera. Todos ellos reunirán y entregarán los 5 mil pesos del premio.

Pero la corrida será al mismo tiempo la presentación del libro Alas de mariposa, que Óskar Ruizesparza ilustró junto con El Zapopan. La obra recrea con fotografías y grabados los lances más famosos que han surgido a lo largo de la historia del toreo, y pretende que sirvan de ejemplo e inspiración a las nuevas generaciones de profesionales y aficionados, así como a los nuevos críticos que habrán de entrar en escena apenas concluya la tenebrosa etapa de Rafael Herrerías como mandón de mandones de la fiesta brava.

A diferencia de la Monumental Plaza México, la más tonta, frívola y corrupta del mundo taurino, en la de Atitán sí echarán reses hechas y derechas de la ganadería de San Marcos: animales con fondo, fuerza y bravura, que tengan movilidad –no que se queden quietos como las habituales mesas con cuernos del pozo de Insurgentes– para el pleno lucimiento de los coletudos.

El próximo domingo, en Guadalajara, alternarán Alejandro Talavante, el gran Arturo Saldívar y Diego Silveti, ojalá sin la muy limitada y nada carismática rejoneadora lusitana Ana Batista.