Con la salida de Teixeira terminó la era del poder absoluto: analista
Miércoles 14 de marzo de 2012, p. a14
Río de Janeiro, 13 de marzo. La renuncia de Ricardo Teixeira a la jefatura del futbol brasileño, que comandó durante casi un cuarto de siglo, representa el fin de una era de poder absoluto y abre la esperanza de mayor transparencia en los preparativos del Mundial 2014, estiman especialistas.
Terminó la era del poder absoluto
, anunció el analista deportivo Juca Kfouri, quien sigue la carrera de Teixeira.
Acusado de corrupción desde hace años, Teixeira dirigía la Confederación Brasileña de Futbol (CBF) desde 1989, protegido por su ex suegro Joao Havelange, ex presidente de la FIFA. El pasado lunes renunció al cargo y al comité organizador local de la Copa del Mundo 2014, que presidía junto a los ex astros del futbol Ronaldo y Bebeto.
El sucesor de Teixeira en ambos puestos, José María Marín, de 79 años, insistió en que su gestión será de continuidad
, pero los reclamos de más transparencia en la CBF y en los preparativos del Mundial, a tan sólo dos años del torneo, no se hicieron esperar.
La CBF es una caja negra, un reino impenetrable. No había controles, no había cuentas abiertas, no había auditorías externas. Todo giraba en torno a Teixeira
, dijo Marcos Guterman, autor del libro El futbol explica a Brasil: una historia de la mayor expresión popular del país.
Con la partida de una figura tan ligada a escándalos, concentración de poder, tráfico de influencias y negocios tras bastidores, condenados por tantos brasileños, es posible que los clubes se articulen de manera más transparente y abierta. Y hay más posibilidades de que la Copa y su organización sean más transparentes
, añadió.
En este sentido, el ex delantero Ronaldo garantizó que habrá unidad entre el comité organizador y el nuevo mandamás de la CBF para organizar el Mundial.
Pese a que lamentó la renuncia de Texeira, aseguró que habrá una transición tranquila.
En medio de esta crisis, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se reunirá este viernes con el jefe de la FIFA, Joseph Blatter, en Brasilia, para poner fin a las desavenencias entre esta institución y el gobierno brasileño, después de las declaraciones explosivas del secretario general del organismo, Jerome Valcke, que llevaron al país sudamericano a desconocerlo como interlocutor para la Copa del Mundo 2014.