Auge de taxis en Cuba
a Habana. El impulso al sector privado trajo a la capital de Cuba una nueva oferta en el transporte. Viejos autos de fabricación estadunidense, con una fuerte reparación de la carrocería y casi siempre modernizados con motores diesel, irrumpieron en las calles con una modalidad diferente en el servicio.
Tienen rutas y tarifas fijas y cobran por pasajero, en servicio colectivo. Hasta noviembre de 2011 había 357 mil 663 microempresarios en todo el país, de los cuales los operarios de autos de alquiler eran el tercer giro más numeroso, después de los dueños de restaurantes y cafeterías y de los empleados de esos negocios.
Esos autos viejos, conocidos como boteros, sirven a un mercado intermedio. Son mucho más baratos que los taxis turísticos, que tienen tarifas en pesos convertibles (igual a dólares), pero muy caros para quien no tenga ingresos en moneda fuerte. Un salario promedio (448 pesos cubanos al mes) equivale a 17 dólares, que es más o menos lo que marcaría el taxímetro de un auto turístico del aeropuerto a una zona céntrica de la ciudad. Ese mismo salario tampoco alcanza para frecuentar un botero, que cobra 10 o 20 pesos el pasaje, según la distancia.
Aún así, en las calles estos autos se ven en constante movimiento, compiten por el pasaje y tienen sus horas pico. Señales de que hay demanda y mercado.
Gerardo Arreola, corresponsal