El ex beatle abrió su concierto con Magical Mistery Tour en el estadio Omnilife
Fue distinguido con una guitarra decorada por huicholes que le entregó la Fundación Hermes
Lunes 7 de mayo de 2012, p. a13
Guadalajara, Jal., 6 de mayo. “Hola, ¿qué tal Guadalajara? o ¿Qué onda guanatos? Esta noche voy a tratar de hablar en español, aunque sueno mejor en inglés”, dijo Paul McCartney al saludar a las más de 34 mil personas que abarrotaron el graderío y cancha del estadio Omnilife, durante la noche del sábado en la primera parada en México de su gira de conciertos On the Run.
La llegada del ex beatle a la capital jalisciense movilizó a cientos de fans el viernes; numerosos admiradores lo esperaron en el aeropuerto y otros le ofrecieron una serenata con mariachi. Su concierto, en el que incluyó canciones clásicas del famoso cuarteto de Liverpool, dio paso a la conmoción de adolescentes, padres y abuelos que se dieron cita en el estadio.
Quiero tomar unos segundos para admirarlos a ustedes
, agregó McCartney en español entrecortado, mientras la masa reunida respondía extasiada con gritos, silbidos y aplausos, coreando el nombre del músico.
Bajo una enorme luna llena y en un estadio en el que abundaron los fuegos artificiales, dijo sentirse muy contento de estar por primera vez en Guadalajara.
Remembranzas del cuarteto de Liverpool
Vestido de negro, tras mirar con los ojos muy abiertos a la concurrencia levantó un puño y dio la señal para comenzar el concierto con Magical Mistery Tour.
Después llegaron canciones –coreadas todas por el auditorio– como All My Loving y Jet. Se dio una nueva pausa y McCartney, con una energía que hacía dudar de sus 69 años de edad, anunció que tocaría Paperback Writer con la guitarra que usaba cuando perteneció a los Beatles.
Histriónico, con guiños, jalándose los tirantes rojos y luciendo una camisa rosa tras tirar el saco negro, McCartney continuó con más clásicos de su repertorio, como The Long and Winding Road o And I Love Her, para dar paso a My Valentine, canción de su producción más reciente, dedicada a su esposa Nancy.
Son a toda madre
, gritó, lo que renovó la energía en el público, que respondió con un ruido ensordecedor al halago tan mexicano.
También interpretó Something, de George Harrison, para la que usó un ukelele. Más tarde invitó a un mariachi, con el cual interpretó Obladi oblada y continuó haciendo esfuerzos por hablar en español, idioma que aprendió un poco en la escuela a los 11 años, cuando el maestro de su grupo hizo que memorizara la copla tres conejos en un árbol, tocando un tambor, que sí, que no, que sí lo he visto yo
, dijo, lo que provocó risas y aplausos de nuevo.
Poco antes de que el músico inglés subiera al escenario, la Fundación Hermes Music le entregó una guitarra decorada por huicholes. La institución otorga ese reconocimiento a visitantes distinguidos. Carlos Santana, BB King, Elton John y el gurú hindú Deepak Chopra también han recibido esa artesanía huichola.
El escenario fue montado sobre una base de al menos 32 metros de ancho, cuya instalación llevó tres días, con la participación de más de 300 personas. Fue trasladado en 25 tráileres.
En su gira por México Paul MaCartney ofrecerá mañana un concierto en el Foro Sol y el 10 de mayo en el Zócalo capitalino.