El aspirante presidencial priísta, Enrique Peña Nieto –quien según los cómputos oficiales obtuvo la mayoría de votos–, señaló que no llevará sobre la espalda la carga o losa de ser considerado espurio, porque, insistió, la legitimidad de un proceso electoral y la legitimación de quien asume el Poder Ejecutivo no está en los calificativos que emita alguno de los candidatos, y menos de quien no ha querido reconocer el resultado de esta elección, en alusión a Andrés Manuel López Obrador.

Se declaró respetuoso de todas las expresiones, pero me parece que de ninguna manera marcan ni señalan o imponen la condición en la que un presidente asume su responsabilidad. Lo que lo legitima, reiteró, es el voto mayoritario de la ciudadanía.

En conferencia de prensa, dio detalles de la conversación del martes con el presidente Felipe Calderón, a quien visitó en la residencia oficial de Los Pinos.

Afirmó que convinieron esperar el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para iniciar una colaboración institucional y, de ese modo, tener un clima de estabilidad y armonía hacia una transición que permita retomar el curso de la administración pública al iniciar la nueva gestión, el primero de diciembre.

Consideró ese encuentro formal, cordial, afectuoso y casual, en el cual, admitió Peña Nieto, no se aludió a las recientes expresiones del aún titular del Ejecutivo respecto a la compra de voluntades políticas en los pasados comicios y a la necesidad de sancionar a quienes incurrieron en esas prácticas.

El político priísta reprochó tales conceptos del mandatario y la semana pasada dijo que la supuesta compra de votos engañó hasta al presidente Calderón. El martes, insistió, ese tema no formó parte de la conversación, porque el interés de ambos está en ver hacia adelante de manera positiva y constructiva.

Se le preguntó su opinión sobre el plan de acción de organizaciones opuestas a él. Respondió que es respetuoso de las expresiones legales, pacíficas y en apego a la libertad de expresión.

Sin embargo, pidió a las fuerzas políticas asumir una actitud democrática, porque en este sistema no hay victorias ni derrotas para siempre, e insistió en que esas manifestaciones sean hechas por los cauces legales.

Con relación a si cree que podrá contar con el concurso de la oposición para sacar adelante sus proyectos de gobierno y reformas, expresó: mi convocatoria no es a un solo partido político, es a todas las expresiones políticas que, en respeto a su posición ideológica o partidaria, espero tengamos el interés para celebrar los acuerdos y con su visión y posición pueda construirse una agenda que nos permita impulsar las reformas estructurales y las de cambio y transformación que el país necesita.

Todos los partidos, destacó, han aprendido de la experiencia vivida en esta etapa de transición, cuando las ausencias y la falta de acuerdos impidieron sacar adelante reformas , y no logramos construir una mayor capacidad de los gobiernos para realizar y materializar mayores beneficios para los mexicanos.

Agregó: creo que debemos aprender de este periodo de transición política que el país ha experimentado, donde lamentablemente, por posiciones a veces radicales o de condición partidaria, hubo ausencias y falta de acuerdos, y lamentablemente quien pagó estos desacuerdos fue el país.

Afirmó estar confiado en contar con una nueva actitud y posición de las fuerzas políticas, incluso desde la instalación del próximo Congreso, y que eso nos permita tener una posición constructiva, positiva y no obstrucción para los acuerdos que demanda la sociedad mexicana.

Insistió en que será el PRI el único encargado de responder a los señalamientos contra su triunfo en las urnas, y no quisiera caer en hacer señalamientos particulares a todas estas descalificaciones o impugnaciones que ha hecho la izquierda. Dejo que mi partido sea quien se ocupe de ese tema.