Guillotinas Soriana
Disolución electoral
Ataques cotidianos en NL
DF: es por su bien
Pemex o mayor recaudación
Guía de supervivencia del #YoSoy132
Una potencia va surgiendo en el Cono Sur
No hay fraude al fisco en Honestidad Valiente
México: medalla de plomo
Crecen precios de alimentos
El mayor aumento de la OCDE
PAN: ¿ingenuidad o estrategia?
Felipe, Vicente y Diego
or medio de un desplegado difundido ayer, la cadena de tiendas Soriana responsabilizó al candidato presidencial del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador; a su coordinador de campaña, Ricardo Monreal, y al dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, por los daños físicos y materiales que tanto nuestro personal como nuestras instalaciones pudieran sufrir en la ejecución de las manifestaciones que promueven e incitan
, y les exigió frenar las difamaciones y publicidad negativa en contra de nuestra compañía, misma que afecta nuestra imagen, utilizando mentiras y argumentos sin sustento
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Académicos de siete países opinan sobre las elecciones
os firmantes, profesores e investigadores de países de Europa y América, hemos sido testigos cuidadosos de las elecciones presidenciales en México.
urante las semanas recientes dirigentes del PAN y del PRI han mencionado insistentemente, con una gran ignorancia y mala fe, que en septiembre próximo los miembros de ambos partidos en el Congreso aprobarán una reforma laboral que nadie conoce y por tanto la vuelven sospechosa. El hecho no presagia nada bueno para la clase trabajadora. Aseguran que son promesas de campaña que todos sabemos que los candidatos se hicieron a sí mismos y a sus cómplices, con una grave irresponsabilidad de cara al pueblo de México.
espués de la derrota, los partidos se han planteado su refundación. Así lo hizo el PRD después de la elección intermedia de 2009, en la que le fue muy mal. Ahora se propone en el PAN. El PRI no lo dijo, pero después de 2006 y antes de 2009 se reconstituyó, aunque no se refundara.
alta un largo trecho para que el tribunal resuelva en definitiva sobre la validez de las elecciones presidenciales, y mientras tanto, como era previsible, la polarización política (con peligros acrecentados) sigue su curso sin despegarse del marco legal, pero, hay que decirlo, sin mucha confianza de las partes en el carácter imparcial de los jueces, cuyas resoluciones son inapelables. Se escucha con frecuencia que la revisión de los expedientes es un mero trámite que no cambiará lo que ya se da como el resultado de hecho de la sucesión presidencial. Si acaso, se admite, se dictarán sanciones ex post, con lo cual se añadirían nuevas razones para el descrédito y el desencanto que recorre la convivencia nacional, pero nada más. Todo en orden. Y sin embargo, el tribunal está obligado a otra cosa. En primer lugar, cabe esperar que se tome en serio a sí mismo y realice una investigación a fondo de las impugnaciones presentadas. Se requiere de un juicio atento al derecho, exento de prejuicios o descalificaciones previas. En ese sentido, como simples ciudadanos, podemos exigirle al tribunal que realice una valoración con sentido de Estado de los perniciosos problemas puestos a la luz en estas elecciones, de modo tal que la intervención de los magistrados sirva para acotar la magnitud de las grandes fallas estructurales (no sólo administrativas o procesales) advertidas en la competencia electoral, entre ellas la relación entre los medios, el dinero y la política, la manipulación y compra del voto en condiciones de extremada desigualdad social y agudización de la violencia, así como la necesidad de hallar nuevos mecanismos capaces de seguir en tiempo real el uso de los recursos de partidos y candidatos. Se dirá, no sin argumentos, que eso es mucho pedir dados los antecedentes formalistas, cuando no erráticos, del tribunal, pero esa es su responsabilidad histórica y no hay razón para exigirle menos. ¿Hay que recordar que la Constitución es su límite? Un fallo puntilloso pero legalista, superficial, lejos de resolver el problema planteado por las impugnaciones agravaría la desconfianza en la institución que en ultima instancia sostiene todo el sistema electoral. Seria un golpe a la futura gobernabilidad del país.
n especial en las últimas dos semanas, no ha dejado de crecer la acumulación de indicios y evidencias acerca de la naturaleza, extensión y alcance de las irregularidades que viciaron, años antes de su inicio formal, el proceso político-electoral que condujo a la elección presidencial del primero de julio. Día a día aparecen nuevas informaciones de ilícitos electorales y de las cada vez más extendidas y preocupantes ramificaciones que los envuelven, las que apuntan de manera abrumadora hacia un proceso regido y controlado por montos ingentes de recursos financieros, más allá y por encima de los originados en el financiamiento público de partidos y campañas, cuyo origen y destino –turbios ambos, por decir lo menos– es preciso aclarar con suficiencia y oportunidad, es decir, antes de la calificación de los comicios. En estas condiciones, gana ponderación y sustancia la hipótesis de que se ha tornado imperiosa la declaratoria de invalidez de esa elección por parte del tribunal competente. Es obvio que la primera secuela inevitable de la actualización de dicha hipótesis sería la necesidad de que el Congreso de la Unión designase, en su momento, un presidente interino, cuyo mandato central sería reponer la elección invalidada. Tratándose del corolario inescapable de un acontecimiento hipotético, resulta difícil entender el revuelo causado por la declaración de Andrés Manuel López Obrador del 26 de julio, que se limitó a explicitar esta consecuencia específica, con el acertado propósito de disminuir la carga de dramatismo y negatividad con la que, de manera interesada, ha venido presentándosele. Dedico el tercero de mis comentarios poselectorales en La Jornada, tras examinar el 5 de julio las razones para impugnar y el 19 las que existen para invalidar, a discutir algunas de las secuelas de la calificación de invalidez. Se concretan a mostrar que no llovería fuego y azufre sobre la nación, como algunos se han aproximado a sugerir, y que, aunque no exentas de costos, dichas consecuencias serían del todo preferibles a revestir de legalidad a un Ejecutivo federal surgido, una vez más, de una elección tan claramente viciada.
natole France escribió una novela titulada La revuelta de los ángeles, publicada por primera vez en 1914, que narra la historia de una conspiración de hermosos ángeles que, hartos del autoritarismo de Dios padre y de la alternancia imposible, se exilian a la Tierra con el fin de preparar una rebelión liberadora. Disfrazados de seres humanos, incurren en sus comportamientos, en sus virtudes y en sus vicios, sufren sus debilidades y viven su cotidianeidad, leen todo y adquieren conocimientos, se enamoran, se pelean, pero no olvidan su motivación original: derrocar a Dios padre. Así que se reúnen regularmente para discutir en forma ruidosa, y bastante desordenada, los dilemas de la lucha, estrategias, planes y posibles vías de acción. La descripción de una de sus asambleas retrata lo que ocurre en toda reunión política en la que diversas voces hacen diferentes propuestas, los participantes las discuten a gritos, se arrebatan la palabra o enmudecen enmuinados porque nadie hace caso. Al parecer, para escribir este capítulo France tomó como modelo las reuniones de los anarquistas que en esos momentos discutían la guerra, que era el tema del momento.
l 19 de julio entraron en Cuba con visa de turistas el sueco Jens Aron Modig y el español Ángel Carromero Barrios. Pero no se dedicaron a hacer turismo pues tenían otros intereses a los que se entregaron no más llegar. Uno en su condición de líder del Partido Demócrata Cristiano sueco (formación afín al estadunidense Tea Party) y presidente de su organización juvenil y el otro de vicesecretario general de Nuevas Generaciones (NG), rama de juventud del Partido Popular (PP) español, se apresuraron a reunirse con Oswaldo Payá, líder del contrarrevolucionario Movimiento Cristiano Liberación (MLC). Y es que a que a eso iban.
on el desparpajo que le caracteriza, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, señaló en Londres que si hubiera medallas para el sistema bancario, México seguramente se llevaría una
. Si fuera por su capacidad para generar utilidades Cartsens tendría razón. Los datos recién publicados sobre resultados al primer semestre de 2012 indican que, por ejemplo, Bancomer generó 13 mil 988 millones de pesos, 0.4 por ciento menos que un año antes, convirtiéndose en la filial más rentable del grupo BBVA, al aportar 57 por ciento de las utilidades totales del grupo. HSBC, pese a haber sido multado con 379 millones de pesos por operaciones irregulares, obtuvo una utilidad neta 56 por ciento mayor que en 2011, alcanzando un monto de 2 mil 326 millones pesos.
ajo la dirección de Lorena Maza el Teatro Helénico va despojándose poco a poco de la influencia televisiva que le impusieron gestiones anteriores a través de los contratos con el cómico Jorge Ortiz de Pinedo y su hijo Pedro al acoger, así sea un día a la semana, obras como Roma al final de la vía de Daniel Serrano, el importante dramaturgo sonorense que no es lo suficientemente conocido en estos pagos por culpa de la tremenda centralización cultural que padecemos, y quien la escribió originalmente para las actrices, también de Sonora, Emma Miorin y Eva Audelio. Posteriormente fue presentada en la capital, tuvo temporada el año pasado –que por diferentes razones no pude ver en la Casa de la Paz– que es ahora también coproductora junto a Viaje Redondo Producciones de las actrices Norma Angélica y Julieta Ortiz (quien reside y trabaja en Los Ángeles, California), bajo la dirección de Alberto Lomnitz. Resulta notable que, sin mayor publicidad y con dos actrices muy sólidas pero no de relumbrón, el regreso se haya efectuado a teatro lleno, lo que quizás se deba a las recomendaciones de boca a boca que haya tenido.