Comprar en el mercado informal medicamentos para potencializar la sexualidad, así como productos contra la disfunción eréctil o para adelgazar, puede no sólo ser un desperdicio de dinero, porque no se obtendrá el beneficio buscado, sino llevar a quien las consuma a sufrir graves alteraciones en la salud, hospitalizaciones e incluso provocar la muerte por paro cardiaco o respiratorio, advirtió Álvaro Pérez Vega, titular de operación sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

En entrevista con La Jornada, el funcionario detalló que algunos de los análisis realizados a sustancias decomisadas que se vendían, por ejemplo, en estaciones del Metro capitalino, y que se ostentaban como medicamentos para combatir problemas de disfunción eréctil y para adelgazar, arrojaron la existencia de pastillas de fabricación casera que se perfeccionan muchas veces con leche en polvo e incluso hasta cemento, que se agregan a a estos productos para que tengan consistencia de tableta.

Pérez Vega explicó que aunque algunos medicamentos falsificados para tratar la disfunción eréctil cuentan con la sustancia activa para combatir este problema (Sildenafil), las dosis no son las adecuadas, es decir, pueden contener poca o mucha cantidad, lo cual también produce riesgos en la salud, ya que el exceso puede generar mayor flujo sanguíneo o alteración en el ritmo cardiaco, lo que en una persona hipertensa podría llegar a generar la muerte.

El funcionario de la Cofepris dijo que, dada la fabricación irregular de estos productos, quienes los elaboran pueden agregarles cualquier cosa, no sólo cemento o leche, el primero de los cuales podría provocar un cuadro complejo de enfermedad estomacal.

Indicó que en operativos realizados recientemente en las estaciones del Metro Allende, Viaducto, Taxqueña, San Cosme, Insurgentes, Balderas y Zapata se encontraron productos que contenían Sibutramina, que es una sustancia activa prohibida en todo el mundo, y que en México se prohibió en 2011. Es una sustancia activa que sirve para bajar de peso; sin embargo, tiene el efecto adverso de acelerar el ritmo cardiaco y puede potencializar un paro cardiaco e hipertensión.

Sostuvo que estos seudomedicamentos pueden costar 20 por ciento del valor de los certificados, y resaltó que los más peligrosos son los fármacos falsificados y los adulterados, es decir, para imitar el original les agregan componentes.

Precisó que el mercado informal incluye no nada más medicamentos falsos, sino los caducos y los fraccionados, que pueden estar rotos o estar distribuidos a granel en bolsas o ser productos desviados del sector público.

Dijo que de las 100 toneladas decomisadas desde 2010 a la fecha sólo uno por ciento son fármacos falsificados y adulterados, por lo que advirtió que no es verdad que estemos inundados de medicamentos falsos, no es el caso. Desglosó que del total de las incautaciones de fármacos, 0.65 por ciento correspondió a medicinas falsas y 0.31 a adulteradas.

Insistió en que la Organización Mundial de la Salud señala que sólo 10 por ciento de los fármacos en el mundo son irregulares, y que esto se incrementa 25 por ciento en países subdesarrollados, y resaltó que hay que diferenciar entre éstos, pues un país de mucho menor desarrollo que México no tendría las mismas fortalezas institucionales para evitar estas situaciones.

Por último refirió que se han encontrado farmacias con medicamentos falsos, pero son las menos y han sido multadas.