Madrid, 17 de agosto. De la liga de las estrellas a la de la recesión. Así se define ahora al torneo español, que comienza este sábado, marcado por la bancarrota, las deudas, la ausencia de fichajes y la máxima austeridad.

Ni siquiera los todopoderosos Real Madrid y Barcelona escaparon de la crisis. Por primera vez siendo Florentino Pérez presidente, el conjunto merengue comienza la temporada con un balance positivo en su cuenta: vendió y no compró.

Aunque es verdad que se da por hecho el fichaje del croata Luka Modric, éste sería su único refuerzo para la temporada. Pero si antes de septiembre logra vender a Kaká, como pretende, podría comenzar la campaña con superávit.

El fichaje más caro hasta ahora es el del español Jordi Alba, por quien el Barcelona pagó 14 millones de euros (17.3 millones de dólares) al Valencia.

Según datos facilitados por el gobierno de este país, la deuda acumulada de los clubes de la primera categoría al conjunto de acreedores supera los 3 mil 500 millones de euros (unos 4 mil 330 millones de dólares). Sólo al fisco le deben 750 mde (927 mdd).

Nadie escapó a la crisis. Por ejemplo, el Atlético de Madrid no pudo retener al brasileño Diego y Valencia vendió a Alba.

Sin embargo, ningún caso es más significativo que el del Málaga, equipo de Liga de Campeones en venta sin comprador de momento.

El jeque Al-Thani decidió deshacerse del club y de sus principales activos un solo año después de desembarcar en Málaga y de ser aclamado por la misma afición que ahora se siente decepcionada.

Los petrodólares se esfuman

Ahora el jeque no paga sueldos, vende a sus mejores futbolistas (Santi Cazorla y el venezolano José Salomón Rondón) y los trabajadores del club no saben qué futuro les espera.

Mañana, con sólo 19 fichas profesionales, arranca la temporada un equipo (Málaga) que la próxima semana juega la previa de la Liga de Campeones.

Otro dato habla claro de lo que sucede en el futbol español. Real Madrid y Barcelona invirtieron en sus respectivos equipos filiales –ambos en segunda categoría– más dinero que una decena de clubes de primera división.

Los dirigentes, en su afán de cumplir las órdenes del gobierno español, utilizaron la imaginación para comprar al menor precio posible y abundaron las cesiones y los fichajes a costo cero.

Además, los futbolistas españoles emigran. Y no sólo porque afuera pagan más por ellos, sino porque en clubes foráneos tienen más posibilidades de cobrar al día.

Un ejemplo es el del español Cazorla. Hace dos años Real Madrid ofreció por él 20 millones de euros (24.7 millones de dólares) al Villarreal y hace una semanas el Arsenal inglés lo compró al Málaga en 15 mde (18.5 mdd).

De paso, Cazorla se asegura cobrar su sueldo cada mes, algo que no consiguió en su último equipo.

Otra situación es la de Javi Martínez. Pretendido por Barcelona y los merengues, es muy probable que Bayern Munich se lo lleve al pagar 40 mde –su cláusula de rescisión de contrato–. Inabordable para los dos clubes españoles más poderosos, pero asumible para el equipo alemán.

Lo que ocurre en el futbol español es reflejo de lo que ha sucedido en el país los tiempos recientes: se gastó más de lo que se tenía y ahora toca sobrevivir como se pueda y pagar lo que se debe.

Mientras, la penuria económica del balompié español no hace sino aumentar las distancias entre Real Madrid y Barcelona y el resto.

Todo el mundo tiene que pagar y el que más tiene, más. Debemos buscar el equilibrio. El que lo encuentre saldrá adelante, y el que no, más pronto o más tarde caerá, advirtió Fernando Roig, presidente del Villarreal, hoy equipo de segunda división.

Mientras, por primera vez en la historia de la liga, los partidos del Barça y Real Madrid sólo se podrán ver por televisión de paga.