esde el paralelismo de la comunicación política apreciamos tres itinerarios que condensan distintas formas de conversación.
Javier Sicilia emprende una nueva caravana en territorio estadunidense para iluminar hechos incontrovertibles: es el mercado más grande del mundo en el consumo de drogas y el mercado menos controlado de comercio de armas. Impunidad y agravio han sido el motor de las movilizaciones, pero el centro de la acción del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad es el diálogo con víctimas y grupos solidarios, pero también con adversarios y enemigos. Aunque para algunos eso ha sido ingenuidad, lo que menos tienen es eso: es más bien una forma de visibilizar, de delimitar campos y particularmente de pedagogía en el ejercicio de los derechos humanos.
Otro itinerario han recorrido los estudiantes del #YoSoy132. Se reconoce como una de sus primeras aportaciones definir correctamente el espacio de las batallas futuras por la democracia: los medios masivos de comunicación y su relación con los poderes, así como modificar la dinámica del proceso electoral reciente, arrojando luz sobre las deformaciones e insuficiencias de la democracia de hoy. Pero el #YoSoy132 anticipa nuevas organicidades sociales. En los 70 se desenvolvieron muchos colectivos bajo el formato de redes. Ahora actúan no sólo en redes
Finalmente, está el itinerario de los tres partidos principales; todos llegaban abollados después de las elecciones, aun el presunto ganador. Tienen fuertes divisiones internas que buscan disipar al conjuro de la unidad, en vez de hacer transparentes los motivos de las discrepancias que pueden ser o no perfectamente legítimas. La imposición de la homogeneidad es siempre el pecado de las organizaciones que desconfían de la pluralidad. Pero además tienen problemas mayores que rebasan sus fronteras. ¿Cómo vincularse con los movimientos sociales sin caer en el corporativismo? ¿Cómo relacionarse con los ciudadanos sin el resorte del clientelismo en el que todos han abrevado? ¿Cómo auto-controlarse frente a los excesos del poder como la corrupción y el patrimonialismo? No lo podrán hacer sin la presencia vigorosa de ciudadanos libres y organizados.
Lejos estoy de sugerir una dicotomía entre buenos y malos. Tanto el MPJD como el #YoSoy132 enfrentan enormes retos, igual que los partidos. Pero unos experimentan y corrigen errores, en tanto que otros le echan la culpa al de enfrente. Sin embargo, unos y otros se necesitan para gobernar la pluralidad.
Pierre Rosanvallon reflexiona en torno a la tensión entre legitimidad y confianza en La contra-democracia. Se busca ampliar la democracia procedimental, y se desarrollan un conjunto de contra-poderes para compensar la erosión de la confianza política. Aquí puede estar un itinerario para todos.
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