La exposición de 35 piezas exhibe obra gráfica y escultura nunca vista de forma conjunta
Jueves 30 de agosto de 2012, p. 5
El artista visual Vicente Rojo sostiene una relación de presencia y ausencia
con el Centro Nacional de las Artes (CNA). Mientras que el próximo 5 de septiembre a las 12 horas el pintor, escultor y grabador abrirá Encuentro: papel, metal y barro, exposición de 35 piezas, en la galería Juan Soriano de la Biblioteca de las Artes, es el autor anónimo
–no lo firmó–, del antimural
–como le puso– de mosaico que cubre el edificio que alberga el Aula Magna.
Entrevistado con motivo de la muestra, cuyo tema son los volcanes construidos, y que forma parte de las celebraciones por sus 80 años cumplidos el pasado 15 de marzo, Rojo habla de la petición que le hizo el arquitecto Ricardo Legorreta, autor del inmueble, de cubrirlo con mosaicos.
La invitación lo sorprendió, no sólo porque nunca había hecho un mural, sino en la medida que le gusta que su trabajo le sorprenda, de otra manera, no lo haría
. Procedió con muchas ganas, porque era también una manera de mostrar mi trabajo a una dimensión que no era habitual en mí. Quería sorprenderme de ver cómo funcionaba ese trabajo
.
Sin presencia excesiva
Rojo le propuso a Legorreta hacer algo que tuviera un carácter de anti-mural
, ya que “la palabra mural en México tiene una connotación de la que quería obviamente alejarme. Entonces, le propuso cubrir las paredes como si fuera una pieza de arte popular mexicano, una cajita de Olinalá, un sarape, un huipil, en fin, una cosa muy libre que tuviera presencia, pero que no contara excesivamente en lo que significó y significa el CNA. Algo que los estudiantes y visitantes pudieran ver sin darse cuenta que allí está. Algo que no tuviera una presencia ominosa, que quedara como acompañamiento al conjunto y al posible espectador.
Legorreta me dio los planos con el trazo de dónde iba a quedar cada uno de los mosaicos, después de dos o tres bocetos e ideas, llegamos a una solución que le gustó. Ese mural se debió de haber colocado cuando se inauguró el CNA (en 1994), pero como era fin de sexenio ya no había recursos. Tardó un sexenio más en colocarse. A lo largo de esos años pensé que el mural había desaparecido. De repente me habló una persona para decirme que se iba a colocar y que si había cambios. Allí permanece, resiste, por lo menos. Es anónimo, no está mi nombre por ningún lado.
De hecho, el artista no quería que el diseño se identificara con su obra, entonces, buscó hacer algo antiRojo
. Sólo espera que cumpla la función de envolver un edificio de manera sutil, aunque tiene colores vivos. No que tuviera una presencia excesiva
.
Aunque el tema de los volcanes inventados de Encuentro: papel, metal y barro se ha expuesto con regularidad, Rojo nunca lo había presentado con base en diferentes técnicas. Es decir, juntar obra gráfica sobre papel y escultura en cerámica, barro, bronce y aluminio. Quería ver qué relación se establecía entre ese conjunto, a partir de un mismo tema, cómo reaccionaban algunas piezas con otras
.
No se trata de obra precisamente inédita, sino que se ha visto de manera muy irregular
y nunca juntas
. Los grabados, señala, fueron hechos en distintos talleres de la ciudad de México y de Aguascalientes, mientras las esculturas se hicieron en Cuernavaca, Puebla, Jalapa y la ciudad de México. La muestra contará con un catálogo cuyo texto es de Carlos Blas Galindo.
Para Rojo resulta conmovedor
que la galería de la Biblioteca de las Artes se llame Juan Soriano, ya que no sólo fue un maestro para mí, aunque por fortuna nunca se enteró que era su discípulo, sino además un entrañable amigo
.