a función realizada el 18 de agosto en el Auditorio Nacional, titulada Despertares, encabezada por el bailarín mexicano Isaac Hernández y en la que participo su hermano Esteban y varios primeros bailarines de afamadas compañías de rango internacional, logró un resonado éxito. El programa reunió obras clásicas del repertorio tradicional, como de corte contemporáneo en la línea neoclásica y ballet-contemporáneo, en una fusión estética perfectamente equilibrada y fluida que definitivamente conquistó al público que colmó el enorme recinto.

Para esta gala destaca el gran apoyo de Consuelo Sáizar, al frente de Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y de las aerolíneas Air France Delta y KLM, que también apadrinaron el gran espectáculo, amén de otros colaboradores.

Isaac Hernández no sólo se presentó una vez más en esta ciudad como primer bailarín, sino como conocedor y equilibrado organizador de un programa inteligente, pues todo fluyó con increíble rapidez y cambio de tonos y estilos, lo que ahuyentó cualquier somnolencia, luego de mirar el programa y constatar que había unos 24 números y un intermedio de no pocos minutos, lo cual nos dice que además de bailar muy bien, Isaac conoce la organización y la conjunción de artistas de diversos orígenes y estilos en un espectáculo.

Asimismo, fue una muestra en la que ya contamos con bailarines de importante nivel, como el propio Isaac y su hermano Esteban que, aunque joven aún, ya colecciona medallas de oro por todos lados y posee un gran potencial para el estrellato balletístico, si las estrellas se conjugan, sin dejar de mencionar a la preciosa Elisa Carrillo, primera figura del ballet de la Ópera de Berlín, también reconocida y ovacionada en esta ciudad.

Hay que reconocer a Isaac y Esteban, figuras salidas de la danza mexicana, pues su padre fue bailarín en la Academia de la Danza Mexicana además de su primer maestro y guía. Esas figuras se han esforzado por sobresalir y se han entrenado, además, con maestros de formación inobjetable en el gran circuito de la danza profesional internacional. Sin embargo, hay que pensar que con todo lo exitosos que puedan ser los colegas del ballet mexicano, ¿qué sucede, hasta cuándo vamos a impulsar en serio y profesionalmente a los talentos de aquí, llevarlos al estrellato? Muchos no pocas veces se marchitan sin respirar el maravilloso oxígeno de la creatividad, imaginación y conocimientos de otros parámetros en la construcción de figuras de peso completo.

La influencia de una buena técnica de los maestros desde los primeros plié y tandu en la barra, es nodal para la formación de las piernas y en general del cuerpo de una figura profesional, amén de los factores sicológicos y sensibles en un ambiente de 360 grados de arte y cultura. También es importante el apoyo familiar y pedagógico para darnos criaturas fuertes y decididas en ganar un espacio absolutamente profesional en la danza y en la vida.

Ver la estructura corporal de bailarines del American Ballet Theatre, del English National Ballet, del Ballet de la Opera de París, del Theatre Royal, del Het National Ballet of Holland, del Ballet Mariinsky o el West Ballet, así como de la gente del grupo Momix, los Bad Boys y los ejecutantes de ballet-contemporáneo, sencillamente da gusto. Sus figuras, esas piernas largas y afiladas, sin que nada les sobre ni les falte, significan años de trabajo sesudo, físico, agotador, hasta el punto deseado. Es verdaderamente magnífico, es decir, que con todo y sus múltiples factores si se puede, como nos encanta decir en este país.

El programa incluyó pas de deux del repertorio tradicional, que bailó impecablemente Isaac, como La bayadera, de Marius Petipa, con Victoria Ananyan, en perfecta sincronía, así como Don Quijote, con Sae Eun Park, perfectos.

Posteriormente bailaron juntos Isaac y Esteban, con la música de Mi camino, cantada por Frank Sinatra y la coreografía de Stephan Thoss. El público se entregó totalmente a ese hermoso dueto. En algún momento los hermanos aparecieron en una pantalla abrazados y sonrientes, lo que desató el aplauso cariñoso.

Sin embargo, en mi opinión, además de esas muestras de cariño y admiración del público hacia los Hernández, especie de homenaje a la familia de Isaac y Esteban, el impacto creativo se lo llevó sin duda la poderosa imaginación del coreógrafo Mosees Pendleton con Millenium Skiva, pieza en la que Nicole Loizides y Steven Marshall, enfundados en sendos trajes metálicos de cabeza a pies y un par de skies, lograron danzar in situ todo el tiempo, en el cual la fusión de cuerpos, música y creatividad portentosa arrancó una memorable ovación.

Imposible mencionar a todos los participantes, pero, créanme, todos son excepcionales, cálidos y talentosos, entregados al proyecto mexicano. Son bailarines de mucha enjundia.

En medio del chipi chipi, el mundo de gente salimos satisfechos y encantados del Auditorio Nacional, el aroma era de éxito, triunfo, armonía. Felicidades enormes a todo el elenco.