Varios son los pendientes en materia ambiental en el país, entre otros, que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se desempeñe como autoridad y no como promotora de proyectos de inversión que dañan y destruyen la riqueza natural del país, advirtió Gustavo Alanís, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Advirtió que aunque 10 por ciento del territorio nacional tiene la categoría de área natural protegida, la mayoría carece de planes de manejo y se realizan obras o actividades prohibidas sin que la autoridad actúe para evitarlo.

Al realizar un balance de la gestión de Felipe Calderón en el tema ambiental, el activista advirtió que un problema severo es la facilidad y discrecionalidad con que se aprueban proyectos que no cumplen con la ley y carecen de sustento técnico y científico para preservar el medio ambiente.

Aunque el presidente Calderón se asumió como activista y promotor del fondo verde y a favor de acciones que eviten las afectaciones del cambio climático, los resultados de su administración son pobres. Alanís comentó que aun cuando la información oficial plantea que las tasas de deforestación han bajado en el país, todavía se pierden más de 100 mil hectáreas de bosques cada año.

Señaló la necesidad de poner más atención en los cambios de uso de suelo forestal, autorizados por la Semarnat a diestra y siniestra y sin que esté plenamente justificado en todos los casos.

Alanís ubicó entre los principales problemas ambientales y la deficiente protección de los recursos naturales la escasa inversión en organismos como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Además de poco dinero, carece de personal e infraestructura necesaria para hacer cumplir la ley.

Por eso existen situaciones como la contaminación de los cuerpos de agua (ríos, lagos, lagunas, esteros). Muchas playas reciben descargas directas de aguas negras sin tratamiento previo. Más grave todavía es lo que ocurre en ciudades como el Distrito Federal, donde el servicio llega contaminado con metales como hierro y manganeso, entre otros, dijo Alanís.

Además, están pendientes acciones para mejorar el manejo y disposición de residuos peligrosos, principalmente por falta de infraestructura. Eso implica un riesgo para la salud de las personas y el medio ambiente, pues al carecer de confinamientos la basura corrosiva, reactiva, explosiva, tóxica, inflamable y biológico-infecciosa se mezcla con los residuos sólidos, va a tiraderos clandestinos o se arroja en barrancas o cuerpos de agua.

Otro problema es la pérdida de alrededor de 65 por ciento de los manglares, por causa de desarrolladores inconscientes de su importancia y de las servicios ambientales que éstos nos dan.