Economía
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La crisis de la Zona Euro
Revés alemán a España en la cumbre de Bruselas

Retrasa Merkel 2 años operación del supervisor bancario único

Recapitalización directa no urge al gobierno de Madrid: Rajoy

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Funcionarios protestan en la entrada del Tribunal Superior de Valencia contra la eliminación de puestos de trabajoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de octubre de 2012, p. 26

Bruselas, 19 de octubre. La cumbre europea de Bruselas se cerró con un éxito para la canciller alemana, Angela Merkel: se retrasa la puesta en marcha del supervisor bancario único europeo, que vigilará a los 6 mil bancos de la eurozona y refinanciará a las instituciones en problemas y no podrá realizar operaciones de recapitalización directa por lo menos hasta 2014, en contra del anhelo de España, afectada por la crisis de su sector bancario y presionada a ser el cuarto país en la eurozona en solicitar un rescate.

Sin dejar traslucir su decepción, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, restó importancia a este hecho, a pesar de que fue él mismo quien, junto al presidente francés, Francois Hollande, batalló para que el supervisor bancario europeo operara en enero de 2013.

En la rueda de prensa al concluir la reunión de jefes de Estado en Bruselas, donde no se tomaron decisiones vinculantes y se dejaron los deberes decisivos para la cumbre de diciembre próximo, Rajoy afirmó que la recapitalización directa es algo que no urge a Madrid y, de esta manera, contradijo la postura que había reiterado desde hace meses.

El hecho de que la recapitalización del sistema bancario español repercuta sobre la deuda en apenas cuatro puntos del producto interno bruto (PIB) hace que ello no suponga la preocupación más importante del gobierno de España, subrayó el jefe del ejecutivo, al tiempo que destacó que en la cumbre se han concretado avances en asuntos como la unión bancaria o el presupuesto único para la eurozona, que propuso el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy.

La reunión de dos días en Bruselas que tenía a España –cuarta economía de la zona euro– en el centro de la atención y a la espera de un pedido de rescate, concluyó sin que España hiciera el esperado anuncio.

La crisis de deuda española ha incrementado la presión en los mercados sobre la eurozona. El gobierno de Rajoy, quien recibió en junio una promesa de crédito de la zona euro por hasta 100 mil millones de euros para recapitalizar un sector bancario golpeado por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, dijo que aún no había decidido si solicitaría un rescate soberano y afirmó que no actuará bajo presión.

Aunque oficialmente no se habló del posible segundo rescate a España, tras el salvamento de julio pasado a los bancos, el asunto estuvo muy presente en sendas reuniones que Rajoy mantuvo con la canciller alemana Angela Merkel, el mandatario francés, Francois Hollande, y el primer ministro italiano, Mario Monti.

El resumen de Rajoy es que en Bruselas no hubo nada de nada respecto al posible rescate virtual o a la línea de crédito preventiva para el país, sumido en una profunda recesión, surgida tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Si tengo que tomarla (la decisión de petición) la tomaré (...) haré lo que convenga a los intereses de los españoles, reiteró, al tiempo que subrayó que nadie más que él puede dar ese paso.

De momento, España, pero también Bruselas, tendrá que seguir esperando en su objetivo último: que se rompa el círculo vicioso que vincula problemas bancarios con deuda pública. Madrid ve así defraudadas sus esperanzas de que la recapitalización bancaria se pueda canalizar mediante el fondo de rescate europeo, el Mecanismo de Estabilidad (Mede).

Será pues casi inevitable que el coste de la recapitalización bancaria, en torno a 40 mil millones de euros, según algunas previsiones, pase a computar como deuda pública española.

La cumbre europea de Bruselas, una de las más decepcionantes en cuanto a resultados, acabó en poco más que una lluvia de ideas bajo el cielo plomizo. La única decisión trascendente fue precisamente la que impuso Merkel: diferir, a una fecha más realista, según sus palabras, la posibilidad de recapitalización directa de los bancos europeos. En ese terreno, Merkel advirtió hoy de que no habrá recapitalización directa retroactiva para los bancos españoles.

Como ha ocurrido en otras cumbres, Merkel volvió a ganar el pulso que mantuvo con otros líderes.

Por otro lado, los mandatarios europeos se comprometieron este viernes a acelerar las medidas para incentivar el crecimiento y el empleo, deprimidos por las políticas de austeridad que desmantelan el estado de bienestar en muchos países del continente.

En estos tiempos de políticas de austeridad forzosa –que han dejado a millones de trabajadores en la calle y están desmantelando los estados de bienestar costosamente conseguidos en países como Grecia, Irlanda, Portugal, España o Italia– Europa quiere centrarse en la creación de empleo y la inclusión social.

En la cumbre de junio pasado, los mandatarios europeos se comprometieron a dedicar 120 mil millones de euros para hacer crecer de nuevo a una Europa asolada desde hace casi tres años por la crisis de la deuda.

Más 18 millones de personas estaban sin trabajo en territorio comunitario en agosto, 11.4 por ciento de la población, de ellas buena parte en España y Grecia, donde el paro afecta a un cuarto de la población activa, particularmente a los jóvenes.