Directivos y empleados vejan a mujeres, sobre todo en el Istmo, dice
Sábado 20 de octubre de 2012, p. 31
Oaxaca, Oax., 19 de octubre. La presencia de directivos y trabajadores españoles que operan empresas de energía eólica en el Istmo de Tehuantepec han roto el tejido social de la región, principalmente de Juchitán de Zaragoza, donde las mujeres han sido vejadas sexualmente, afirmó la activista de la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio, Maribel González Pedro.
Expuso que la estancia de los ibéricos ha generado un fenómeno similar a la militarización que afecta a estas comunidades porque cuando instalan un cuartel los soldados, al poco tiempo de haber llegado empiezan a tener relaciones con las jóvenes del lugar
, aunado a la proliferación de proyectos de extracción de sus recursos naturales y la criminalización de los movimientos sociales para defender sus tierras.
Explicó que éstos obligan a las jóvenes, muchas de ellas zapotecas, a pintarse el cabello para aparentar un tipo europeo, pero lo peor es que las vejan, las humillan cuando están en bares o en restaurantes; las exhiben como si fueran objetos e incluso las comparten entre ellos
.
Destacó que muchas indígenas han sido abandonadas por los hispanos al quedar embarazadas. En una ocasión en un programa de radio se hizo la denuncia de esta situación y un oyente dijo que era cierta pero que servía para mejorar la raza, como si la mujer zapoteca fuera inferior
, apuntó.
En Juchitán sucede lo mismo porque los españoles rápidamente buscan compañía, si así se puede decir, de jóvenes de secundaria y de preparatoria porque son solteros o llegan sin esposas. Su presencia ha generado el encarecimiento de la vida en este municipio ante el alza en los precios de alimentos y en la renta de inmuebles porque pagan con euros
, anotó González Pedro.
Destacó que las jóvenes han sido usadas como monedas de cambio para que autoridades municipales autoricen la operación de parques eólicos. Al de Pueblo Viejo (Teódulo Gallegos Pablo), perteneciente a San Dionisio del Mar, le ofrecieron cerveza, buena comida y la compañía de mujeres como distracción y mercancía
, indicó.