Un candidato que pone su fe en el mercado
Ha pasado de moderado
a centrista
... hoy es conservador severo
Cree que su experiencia empresarial es justo lo que el país requiere
Lunes 5 de noviembre de 2012, p. 24
La última esperanza para rescatar a un Estados Unidos anglosajón, blanco y cristiano protestante que se está desvaneciendo, o sea, el anhelo de las bases republicanas conservadoras que controlan ese partido, resulta ser un mormón (con un padre nacido en México), y su compañero de fórmula, un católico ultraconservador.
Willard Mitt Romney ha hecho campaña para presidente desde 2007. Nació, como dicen aquí, con cuchara de plata en la boca. Su padre, George Romney, había sido gobernador de Michigan, ejecutivo en jefe de American Motors (los que fabricaban, entre otras cosas, el automóvil Rambler, y los Jeep), y había sido precandidato presidencial e integrante del gabinete de Richard Nixon.
Romney, nacido entre el lujo, es un multimillonario (su fortuna personal se calcula en 250 millones de dólares) que exalta el mito de la magia del mercado libre y propone continuar con la revolución Reagan de desmantelar lo que queda del New Deal y el compromiso del gobierno de mantener una red de bienestar social. Resalta su experiencia empresarial como lo que se requiere ahora para levantar de nuevo a Estados Unidos después de la crisis detonada por sus colegas en el mundo de Wall Street.
Romney estudió en la universidad mormona Brigham Young y después en Harvard. Fue misionero y llegó incluso a ser obispo de su religión mormona.
Su primera gran derrota política fue en su intento por derrocar a una figura de la aristocracia política estadunidense, el senador Edward Kennedy, de Massachusetts, en 1994. Fue presidente de los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en 2002 en Utah. Ese mismo año fue electo gobernador republicano de Massachusetts, tradicionalmente demócrata. Ahí sería recordado por sus esfuerzos bipartidistas (no tenía de otra ante una legislatura mayoritariamente demócrata), y sobre todo por establecer una reforma de salud que garantiza seguro de salud a todo residente, modelo para la reforma impulsada por Obama, la cual Romney ha prometido anular en una de sus primeras acciones como presidente.
Su segunda gran derrota política fue en su primer intento por obtener la postulación como candidato presidencial de su partido, en 2008, al ser superado por John McCain.
Romney fundó en 1984, con un grupo de socios, Bain Capital, un fondo de inversiones privado. Entre los primeros inversionistas que reclutó, a los cuales recientemente reconoció con agradecimiento en un acto de campaña, figuraba un grupo de oligarcas centroamericanos que residían en Miami en los año 80, algunos de cuyos familiares posiblemente estuvieron vinculados con los escuadrones de la muerte en El Salvador, reportó el diario Los Angeles Times este año. Permanecieron como clientes de la empresa hasta fechas recientes.
El candidato casi mexicano
Aunque Romney ha abrazado la agenda antimigrante del ala ultraconservadora de su partido y propuesto una serie de medidas para impulsar la autodeportación
de indocumentados (en esencia, haciendo tan difícil sus condiciones de vida aquí que huirían), es posible que su familia haya cruzado la frontera de manera ilegal
y que su fortuna haya tenido, en parte, origen mexicano.
El tatarabuelo de Mitt, Miles Park Romney, estableció una comunidad mormona y polígama en el norte de México en 1885, después de huir de autoridades estadunidenses que los perseguían por sus prácticas. Su padre, George, nació en Chihuahua en 1907. Decenas de familiares lejanos de Romney continúan viviendo en esa zona.
En su nuevo libro, Sin disculpa, Romney cuenta que los abuelos de su padre se mudaron a México para huir de la persecución religiosa
. Ahí tenían un rancho, pero en 1911, revolucionarios mexicanos amenazaron a la comunidad expatriada; entonces los padres de papá juntaron a sus cinco hijos, se subieron a un tren y regresaron a Estados Unidos
, dejando atrás todas sus pertenencias. Según algunos informes, la familia Romney cruzó la frontera ilegalmente
de regreso a Estados Unidos. Tampoco se sabe si ingresaron a México legalmente
.
De hecho, como reportó La Jornada en 2008, puede ser que la fortuna de los Romney tenga sus orígenes en el gobierno mexicano. Después de huir de la revolución continuaron demandando una compensación a México por sus terrenos perdidos. Finalmente, en 1938, un proceso judicial en Salt Lake City solucionó la disputa con el gobierno de México otorgando 9 mil dólares al abuelo, suma importante en ese tiempo. El abuelo, Gaskell Romney, le dio la mitad a su hijo George (padre de Mitt), en lo que el Boston Globe considera el posible inicio del camino exitoso de George para llegar a ocupar el puesto de ejecutivo en jefe de la American Motors y después ser gobernador de Michigan.
Romney ha cambiado tanto de posturas que ya es imposible catalogarlo: ahora dice que es un severo conservador
, pero antes fue gobernador moderado
y en esta elección general se presenta como centrista. Es candidato de un Partido Republicano que está cada vez más en manos de un sector ultraconservador y fundamentalista. Los cristianos fundamentalistas combinados con el movimiento populista de derecha Tea Party, financiados ambos por multimillonarios conservadores, ahora controlan una coalición unida en su desprecio por el gobierno y que repudia todo intento de abordar el tema central de la desigualdad económica, tildándole de guerra de clase
y de asalto socialista
. Esta coalición ha tomado en buena medida el control de ese partido.
Adaptándose a esto, Romney se proclamó uno de ellos, aunque al principio lo rechaban por dos cosas: sospechaban que era un oportunista vestido de ultraconservador, dada su gestión como gobernador moderado, y su religión, la cual es considerada una secta por los cristianos fundamentalistas. Para intentar consolidar el apoyo de esta ala, nombró candidato a la vicepresidencia a uno de los héroes de esas corrientes: el representante Paul Ryan, católico ultranconservador.
Pero siempre ha sido consecuente en afirmar su fe en que el mercado, y no el gobierno, es lo que debe determinar la vida social del país. Después de que se divulgó un video de una plática privada con un grupo de donantes a su campaña, donde caracterizó a 47 por ciento de la población como gente que depende del gobierno sin pagar impuestos federales, casi parásitos, que nunca asumirán responsabilidad individual
de sus vidas (entre ellos personas de ingresos mínimos, jubilados que pagaron impuestos toda su vida, integrantes de las fuerzas armadas y estudiantes), Romney atacó a Obama por algo que dijo hace años, declarando que su rival realmente cree en lo que llamaré una sociedad centrada en el gobierno. Sé que algunos creen que si simplemente se toma de unos para dar a otros, todos estaremos mejor. Eso se conoce como redistribución. Nunca ha sido una característica de Estados Unidos
.