Tia Lessin y Carl Deal abordan financiamiento político de empresas
estocada a la democracia de EU
Martes 22 de enero de 2013, p. a10
Al autorizar en 2010 a grandes empresas financiar sin límite a los candidatos predilectos en las elecciones, la Corte Suprema de Estados Unidos dio una estocada a la democracia, gangrenada
por los intereses privados, denuncia un documental presentado en el Festival de Cine de Sundance.
Citizen Koch marca el retorno a Sundance de los documentalistas Tia Lessin y Carl Deal, quienes en 2008 ganaron el Gran Premio por la cinta Trouble the Water sobre los estragos del huracán Katrina en Nueva Orleáns.
El nuevo trabajo se inspira en una controvertida decisión de la Suprema Corte estadunidense, que en 2010 legalizó el financiamiento empresarial sin límite de los Comités de Acción Política.
Denominados Super PAC, estos comités no pueden estar vinculados oficialmente a un candidato, pero pueden apoyarlo, principalmente a través de publicidad en televisión. Uno de estos comités, Estadunidenses por la Prosperidad, fue fundado y financiado por los hermanos Koch, propietarios del conglomerado Koch Industries. Los dos multimillonarios –cuyo apellido da nombre a la cinta– apoyan a los candidatos del Tea Party, el ala ultraconservadora del Partido Republicano.
Hace mucho tiempo se mueve mucho dinero en las elecciones; no sólo en el sistema electoral, sino también a escala legislativa
, declaró Tia Lessin. “Sin embargo, ahora hay una especie de tsunami de dinero que no habíamos visto antes, y esto supone un verdadero peligro para la democracia”.
La película, rica en testimonios y con abundante documentación, describe tanto el proceso que llevó a la creación de los Super PAC –mostrando el evidente conflicto de interés sobre el asunto de dos jueces de la Corte Suprema– y su aplicación directa en el terreno, en Wisconsin, cuna del Partido Republicano, donde el gobernador Scott Walker afrontó en 2011 una revuelta popular tras renegociar los convenios colectivos de salarios de muchas profesiones y limitar el poder de los sindicatos.
Los opositores lograron convocar nuevas elecciones en junio 2012, y Welker volvió a ganar, esta vez con el multimillonario apoyo de los hermanos Koch y su Super PAC.
Todo esto sucede en secreto, a puertas cerradas. Nadie dice nada. Nadie sabe cuánto dinero se inyecta realmente en estas elecciones
, asegura Carl Deal.
La cinta sigue de cerca a tres votantes republicanos –un carcelero, una bibliotecaria y una enfermera– decepcionados por la política del gobernador Walker y tentados a votar por los demócratas, ya que no se sienten identificados por los valores del ultraconservador Tea Party.
No es una cuestión de republicanos contra demócratas
, puntualiza Lessin. Lo que está en juego es la voz del uno por ciento de las personas más ricas frente a la de la clase media trabajadora, y de saber cuál es la más escuchada
, afirma. Para estos documentalistas, la ayuda de las grandes empresas o grupos de presión en los comicios restringe la participación de los candidatos sin un poder económico que los impulse o que se nieguen a aceptar el juego de los Super PAC.