Ajustar cuentas (electorales)
Ironías del IFE
Boda en Puebla
Migrantes y petróleo
El punto de partida
La desglobalización
que viene, según la revista International Economy, de EU
Pemex y su apetitoso pastel
¿No es rentable el negocio?
¿Quién pagará impuestos?
Brumas de Maceió
a organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) calificó ayer de paso crucial hacia la justicia, la verdad y la reparación
el proceso judicial iniciado un día antes en Guatemala contra el ex presidente de ese país Efraín Ríos Montt, quien llegó al poder en marzo de 1982 por un golpe de Estado y fue derrocado por la misma vía 18 meses después. Ríos Montt es señalado como responsable intelectual de los delitos de lesa humanidad y genocidio cometidos durante su gobierno por las fuerzas armadas y grupos paramilitares.
Groucho Marx y la picaresca priísta sobre Pemex
ivimos tiempos de Groucho Marx, creador de la famosa frase: Estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros
, ahora que el PRI se dispone a modificar sus estatutos en lo que a la defensa de los energéticos se refiere, para dar paso a la privatización de Pemex. ¡Ah, la picaresca priísta, ya la extrañábamos!
río revuelto… Cuando así fluyen las cosas, los aventureros del imperialismo entrepeneur, con dudosas chapas académicas, se pasean por los países del otrora llamado tercer mundo
seduciendo a políticos, intelectuales y gobernantes dispuestos a pagar por ideas modernas
, que en realidad son cuentos para cazar bobos.
os vicios y componendas de los partidos políticos para construir los órganos ciudadanos como el IFE, tarde o temprano están pasando una costosa factura. El descrédito, derrumbe y la inevitable erosión de la credibilidad como metástasis institucional que ahora padece el IFE y el conjunto de los órganos electorales del país, es una realidad. El estigma del partido que promueve a los consejeros, los convierte en entes absolutamente predecibles, sobre todo en aquellas deliberaciones cruciales. Cuando los consejeros supuestamente ciudadanos
de órganos autónomos tienen estos lazos fuertes, más o menos evidentes pero a la postre orgánicos con cualquier poder, sea fáctico o partidario, la intención de su voto es incondicional. Es lo que hemos llamado desde hace años: los consejeros electorales de consigna. Así se dibujó la lamentable sesión de IFE el pasado miércoles 23 de enero. Se les imputa a los consejeros no sólo qué deciden sino cómo lo deciden.
a decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de revocar la sentencia a 60 años de prisión por secuestro y participación en la delincuencia organizada de la ciudadana francesa Florence Cassez y ordenar su inmediata liberación, ha polarizado a la opinión pública mexicana y francesa.
l oficialismo priísta y sus patrocinadores de fuera y locales creen haber barnizado el piso actual y paliar así las próximas reformas que llaman estructurales. Varios son los escenarios previos que han ejecutado. Todos ellos embadurnados con alardes difusivos que no descuidan pieza alguna del montaje. El último, quizá el de mayor envergadura desde el punto de vista gubernamental, ha sido el anuncio de la cruzada contra el hambre: hambre cero, a semejanza del célebre y eficaz programa brasileño. Aseguran que con él y por él los perjuicios que se vienen infligiendo al bienestar del pueblo serán menores o, al menos, impedirán su agudización. La modernidad, como objetivo generalizador de sus políticas y acciones de gobierno, quedará, desde esta perspectiva, entronizada.
or todos lados se escucha el coro de la recuperación económica. En Europa se afirma con brío que la crisis ya no pone en peligro la unión monetaria, como se temía hace un año. En Estados Unidos se dice que no sólo lo peor de la crisis ha pasado, sino que la recuperación, aunque todavía frágil, ya ha comenzado. En otros países, como México, se insiste en que viene un renacimiento económico.
lo largo de la traducción que hice de El ladrón del tiempo (Mortiz, prólogo de J.E. Pacheco), no cesé de hacerme la pregunta planteada por el autor en su libro: ¿de dónde viene el deseo, o la obligación de escribir? Más que un ensayo filosófico, el narrador relata hechos precisos de su infancia. Esta manera, más auténtica que un análisis, es también más reveladora. Otros escritores, Sartre, por ejemplo, en Les mots, no analiza, cuenta.