PRD solitario
Cumpleaños desairado
Mancera, ¿se afilia?
Todas las muertes
PRD: 24 años
Encuentro en un país soñado
Transpacífico, gasolinazo, gas doméstico
No llega la pensión a los ancianos
El vocero
América Latina. Balance Económico (Act. abril 2013)
México: economía frágil
Alimentos contra salarios
Despojo en Los Cabos III
Tigres, favorito en una liguilla muy nivelada
Chivas, en peligro de descenso
La madre y su influencia en el deporte
l tomar protesta a integrantes del Servicio Militar Nacional clase 1994, el presidente Enrique Peña Nieto dijo ayer que la agenda de reformas que impulsa su administración cuenta con unidad y compromiso
de las principales fuerzas políticas y del gobierno.
No le permiten cambiar su deuda de Udis a pesos
or conducto de La Jornada me permito denunciar lo siguiente: Tengo un crédito hipotecario con Patrimonio, mediante el cual, según acuerdo entre ambas partes, estoy pagando en Udis. Voy al corriente en mis pagos y he solicitado, con base en el propio contrato, cambiar mi deuda a pesos. Me han atendido por teléfono y me piden que espere a que haya turno para proceder a dicho cambio. Ha pasado año y medio y no han resuelto nada. He llamado varias veces y me dan largas.
uando se aproxima la visita del presidente de Estados Unidos a un país no es extraño que los principales diarios estadunidenses inicien la publicación de una serie de artículos sobre las relaciones entre ambos países. Llama la atención la persistencia en destacar la parte más negativa de esas relaciones, y no ha sido diferente en la víspera de la gira que realizó el presidente Barack Obama a México. Varios diarios estadunidenses, particularmente The New York Times, publicaron varios reportajes sobre el ambiente de zozobra que se vive en el país como resultado de la guerra en el ámbito del narcotráfico.
ace unos días, no todos los periódicos nacionales pero sí algunos, entre ellos La Jornada, dieron discretamente la noticia de que el gobierno boliviano encabezado por Evo Morales, expulsó de su país a la Usaid y a sus funcionarios, por la razón explícita de tener injerencia en asuntos de política interna y por conspirar en contra del gobierno establecido.
hora que se cumple el 195 aniversario del nacimiento de Marx (en Treveris, Alemania, en el año de 1818), se han multiplicado en diferentes partes del mundo las reuniones y seminarios para recordarlo. Afortunadamente en México también, comenzando por la Universidad Nacional Autónoma, se han organizado seminarios y reuniones para conmemorar la ocasión, con la participación de profesores y estudiantes, e invitados internacionales, que otorgan muy alto nivel intelectual a esas reuniones. Permítanme iniciar este escrito haciendo referencia a las principales de dichas reuniones.
urante sus sexenios el señor Fox y el becario de Harvard presumieron el mayor gasto público en investigación y desarrollo tecnológico porque, dijeron, un país que no invierte en esos rubros está destinado a ser dependiente y a no utilizar racionalmente sus recursos naturales. Por ejemplo, la enorme riqueza en biodiversidad, codiciada por las trasnacionales farmacéuticas y químicas a fin de patentar y explotar comercialmente sus hallazgos. Ahora un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ofrece datos que muestran el grave retroceso que México tuvo en la docena trágica en investigación y desarrollo. Ya éramos los coleros en la OCDE en esos rubros, pero especialmente durante el gobierno del becario el retroceso fue aún mayor, pese a que hubo ingresos de divisas nunca vistas gracias al petróleo, el turismo y el envío de remesas de los paisanos desde Estados Unidos y Canadá. Y que se presumieron machaconamente grandes avances en lo económico, educacional, ambiental y social.
ra yo director del Issste, en el régimen del licenciado Carlos Salinas de Gortari, cuando estaba, como labor de rutina, en una junta con médicos y jefes de enfermeras, tratando asuntos de planeación del uso adecuado de tiendas y farmacias de la institución. Yo mismo estaba en el uso de la palabra, cuando se acerca, con apariencia impertinente, el jefe de ayudantes, capitán Alejandro Campos, quien insistentemente trataba de interrumpirme, hasta el punto de que, ya molesto, le pregunto: ¿qué es lo que quiere?
l Achille Lauro era un crucero italiano salido del infierno. Bautizado en honor al presidente de la compañía que llegó a ser su propietaria, el barco –su quilla fue levantada en 1939– sufrió una explosión a bordo en 1965, se incendió en 1972, chocó con un carguero en 1975 y volvió a incendiarse en 1981.
n Adén, Arabia, publicado en 1932, Paul Nizan expresaba el sentimiento de un joven francés ante la sociedad de aquel tiempo: Tenía 20 años. No dejaré que nadie diga que es el mejor tiempo de la vida. Todo amenaza a un hombre joven con la ruina: el amor, las ideas, la pérdida de su familia, su entrada al mundo de los adultos. Es difícil aprender cuál es el lugar de uno en el mundo
. Se trata de una novela que transcurre en un viaje por Adén, en Yemen, en el extremo sur del Mar Rojo. Es la crónica de un escape.
ace algunas semanas, mientras esperaba en la antesala de la oficina de un alto funcionario, mis ojos se toparon con el lomo de un libro que descansaba, todavía cerrado, en la estantería que adornaba el espacio inexpugnable. Me costó trabajo decidirme a tomarlo y a liberarlo de su envoltorio de plástico pues, aunque en esas salas de espera por lo regular se está solo, uno se siente siempre vigilado. Por fortuna mi curiosidad fue más grande que mi buen comportamiento y lo abrí. Me encontré con una sorpresa que, un poco más tarde, después de firmar mil y un recibos y gracias a la generosidad de una joven dedicada a las relaciones públicas de la oficina que visitaba, se convirtió en un regalo fuera de lo común, extraordinario.
l cree ser mi dueño, mis lentes, dice, pero yo bien sé que es al revés: él me pertenece. Sin mí es un inválido, una isla rodeada por la bruma, un cero a la izquierda, pierde contacto con los signos del mundo. Él, que vive para observarlos, leerlos, dibujarlos. Su cerebro se nubla, sus pies tropiezan desconcertados, dudan. No es un ciego, está acostumbrado a ver gracias a mí, así que carece por completo de las destrezas de los invidentes.