Día y noche, masculino y femenino, yin y yang, alegría y tristeza, vida y muerte: todo es un híbrido, vivimos en una dualidad constante, todo convive en una misma identidad. Es la percepción que la bailarina y coreógrafa japonesa Yumiko Yoshioka expresó en entrevista.

De visita en México, compartirá su propuesta de danza Butoh con la presentación del espectáculo solista Before the Down, la creación de la coreografía Híbrido y la realización de talleres en Guadalajara, Guanajuato y Distrito Federal.

Antes yo he venido a México (sic), afirma en un español complejo, que sale a gotas en forma de palabras durante la conversación en un espacio peculiar: la fuente del Monumento a la Revolución, porque le parece una de las más bonitas del mundo.

Me gusta el país, la gente me da mucha inspiración y energía creativa, con corazón. Sus cuerpos son diferentes a los de Europa y Japón, donde son rígidos y más intelectuales. En cambio, aquí es muy flexible, sensible, fluida, con onda, afirma mientras instintivamente mueve los hombros, marcando un semicírculo en el aire.

La idea de la dualidad es el origen de Híbrido, coreografía que se creará con la participación de bailarines mexicanos. Es la primera vez que lo hacemos y no sabemos exactamente qué pasará, pues surgirá de un ensayo de siete días, explica la reconocida representante de la danza Butoh, quien reside en Alemania desde 1988, donde fundó la compañía TEN PEN CHii art labor.

Miguel Camarero, además de dirigir el montaje, acompaña a Yoshioka durante sus actividades en nuestro país; toma la palabra: Nos interesa mucho trabajar con los conceptos duales que conviven en una misma entidad. Nos dimos cuenta que todos somos híbridos, venimos de entidades diferentes, incluso contrarias. Por ejemplo, aquí en México, son híbridos entre indios y españoles.

Actividades en el país

La pieza de danza Butoh se presentará el 8 y 9 de junio en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque; se realizará en colaboración con la compañía mexicana Cromos de la Niebla. Al igual que el taller La resonancia del cuerpo, del 27 al 31 de mayo.

Yumiko Yoshioka en la fuente de la Plaza de la República, a la que considera como una de las más bonitas del mundoFoto Carlos Cisneros

Otra de las ideas es que nos dimos cuenta que para que las identidades sobrevivan han de mezclarse. Por ejemplo, con las super razas que unen animales de las mismas características, al final se debilitan, expresa Camarero, quien apunta que quieren trabajar con música y artistas locales. Es un trabajo conjunto. Nosotros aportamos ideas y una forma de hacer, pero queremos ver cómo se expresa aquí la idea de híbrido.

Yumiko Yoshioka agrega: el Butoh también es un híbrido de la danza, dice sobre esta forma de arte del cuerpo que nació en Japón en la posguerra, en el siglo pasado, resultado del horror y la angustia.

Con cierto halo de reposo y dulzura, con movimiento suaves, serpentinos, de manos, hombros desnudos de día caluroso, el cabello negro y largo que rebasa la cintura, la coreógrafa japonesa abunda al señalar que la propuesta Butoh comenzó desde lo aprendido en la danza occidental, pero con el descubrimiento de que el cuerpo japonés no estaba adaptado a Europa. Entonces surgió el Butoh para el cuerpo japonés, pero es mezcla de ideas europeas, como el surrealismo, o la literatura, George Bataille, por citar uno.

La danza para mí es transformación, afirma, “mi método se llama Body Resonance (Resonancia del cuerpo) con la que trato de dar a los bailarines una llave del movimiento, o una antena que puede activar nuestra memoria en la profundo, en la sensación de energía que cargamos dentro. Y no sólo la mostramos con el movimiento, sino con una transformación del cuerpo y de nuestra imagen.

El cerebro es una parte del cuerpo, pero en nuestro tiempo moderno pensamos demasiado. A través del Butoh, la danza o el arte, podemos dar más luz a otra parte del cuerpo para activar, transformar, construir paisajes y episodios, ya sea en los bailarines y en el propio público.