Los procesos de repatriación, como nunca se habían visto
cacería; las detenciones, hasta en los hogares
Miércoles 26 de junio de 2013, p. 4
Tijuana, BC, 25 de junio.
A partir de la presidencia de Barack Obama empieza a moverse un gran aparato para detener a la mayor cantidad de migrantes, no sólo cruzando la frontera, sino en sus hogares, lugares de empleo, la calle, la carretera, o porque violaron leyes de tránsito.
Ahí empieza un proceso de deportación masiva como nunca antes se había visto en la historia de Estados Unidos
, advierte el doctor René Zenteno, investigador de El Colegio de la Frontera Norte (Colef) y ex subsecetario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación.
Mientras Obama viene a México a decir que gracias a los migrantes Estados Unidos es un país próspero, por otro lado los deporta y separa familias que es, quizá, la consecuencia más grave de este proceso, indicó.
Es decir, ahora la clasificación va en dos vías: los repatriados y los removidos
(deportados de Estados Unidos con base en una orden legal de expulsión); esto último va en aumento y está a cargo de la agencia ICE (Servicio de Inmigración y Adunas).
El 2011 fue el primer año fiscal en que hubo más deportados por remoción que por detenciones en la frontera; también hay un perfil racial en estos operativos, la mayor parte de los repatriados son hombres, mayores de 30 años, casados, jefes de familia, centroamericanos y mexicanos.
Según estadísticas del Colef, elaboradas con base en información de gobiernos de ambas naciones y con amplias encuestas, en las repatriaciones 2009-2011, 39 por ciento tenía más de 35 años de edad; a la mitad de ellos los sacaron de Estados Unidos solos, sin su familia.
Una cuarta parte de los migrantes encuestados tenía 11 años o más viviendo en el vecino país, y 51 por ciento había sido deportados más de una vez. Es ahí donde los clasifican como criminales
, aunque la principal causa de ello son infracciones de tránsito (manejar sin licencia, con placas vencidas, pasarse un alto, manejar bajo la influencia del alcohol); sigue por inspecciones rutinarias de la policía
y orden de arresto previa, en flagrancia o no cumplir con servicio social impuesto.
En 2007, explica el doctor René Zenteno, fue el último lapso en que creció la población mexicana en Estados Unidos, y durante el lustro 2005-2010 casi un millón de connacionales regresaron al país, de ahí que se diga que la migración en esta región se ubique en balance cero
.
Lo anterior no significa que la gente haya dejado de intentar cruzar, sino que las deportaciones persisten en un nivel alto, a la par del reforzamiento de las medidas de seguridad para evitar los cruces.
Tijuana es la ciudad de mayor recepción de repatriados; le sigue Mexicali, Nogales y, al final, las ciudades tamaulipecas.
El efecto por el exceso de esta política fronteriza, las deportaciones y el clima de inseguridad en las ciudades fronterizas mexicanas, provocó también la reducción de 90 a 67 por ciento de la intención de regresar a Estados Unidos, aunque el nivel continúa alto.