El delito generó pérdidas por más de 300 mdd para empresas de ese país y de Europa
Nasdaq, banco Dexia, Visa, Dow Jones, JC Penney, Carrefour, entre las marcas afectadas
Las acusaciones del crimen de vanguardia
caen sobre cuatro rusos y un ucraniano
Viernes 26 de julio de 2013, p. 23
Boston/Newark, 25 de julio.
Autoridades estadunidenses acusaron a cinco personas –cuatro rusos y un ucraniano– de formar parte de una organización criminal que pirateó computadoras de empresas y robó datos de 160 millones de tarjetas de crédito, generando pérdidas por más de 300 millones de dólares para compañías de Estados Unidos y Europa, en lo que calificaron como el mayor caso de fraude cibernético en la historia del país.
Las víctimas incluyen a la plataforma de intercambios electrónicos de Wall Street, Nasdaq Inc; el banco Dexia; Visa Inc; Dow Jones Inc; J.C. Penney Co, la aerolínea JetBlue Airways Corp y la cadena de supermercados Carrefour SA.
Los inculpados fueron identificados como Vladimir Drinkman, Aleksander Kalinin, Roman Kotov y Dimitri Smilianets, todos ciudadanos rusos, y el ucraniano Mikhail Rytikov.
Mientras Drinkman y Smilianets fueron detenidos en junio de 2012 en Holanda, los otros tres acusados se encuentran prófugos. Smilianets fue extraditado a Estados Unidos en septiembre del año pasado, y Drinkman permanece en custodia en Holanda.
Según la fiscalía, dos de los individuos, Kalnin y Drinkman, ya habían sido inculpados en 2009 en el caso que involucró a uno de los mayores piratas informáticos de la historia estadunidense, Albert González, actualmente en prisión tras ser condenado a 20 años de cárcel por robo de tarjetas de crédito.
De acuerdo con las autoridades, los cinco individuos cumplían tareas bien diferenciadas en la organización, ya que dos de ellos eran especialistas en penetrar los sistemas informáticos de las empresas, un tercero se dedicaba a explorarlos
para sacar datos de valor, un cuarto proveía cobertura anónima en Internet y un quinto se dedicaba a vender la información.
Este tipo de crimen es de vanguardia
, indicó el fiscal federal de Nueva Jersey, Paul Fishman, citado en un comunicado, al describir el modus operandi de la banda. Según las autoridades, la cifra de 160 millones de tarjetas de crédito robadas es muy conservadora
.
La banda vendía las tarjetas a mayoristas especializados a diferentes precios: 10 dólares por una tarjeta estadunidense y datos asociados, 50 por una europea y 15 dólares por una canadiense.
Todos los acusados fueron inculpados con los cargos de conspiración para obtener acceso no autorizado a computadoras
, castigado con cinco años de prisión y multa de 250 mil dólares, y conspiración para cometer fraude a través de transferencia electrónica
, con una pena máxima de 30 años y un millón de dólares de multa.