Bruselas, 14 de agosto.

La eurozona salió oficialmente de la recesión que duró 18 meses –la más prolongada de su corta historia–, según datos del segundo trimestre difundidos por la Oficina de Estadísticas de la Unión Europea (Eurostat). Sin embargo, la zona euro afronta un camino desigual e inestable hacia la recuperación, marcado por un desempleo en cifras récord y las medidas de austeridad en los países de la periferia, señalaron analistas.

De acuerdo con la información del organismo, el producto interno bruto (PIB) en el bloque creció 0.3 por ciento respecto de los tres meses anteriores, impulsado por la reactivación de sus dos mayores economías, Alemania y Francia, que reportaron un crecimiento mayor a las expectativas de 0.7 y 0.5 por ciento, respectivamente. En tanto España siguió en terreno negativo, al contraerse 0.1 por ciento, que se sumó a la cifra negativa de 0.5 por ciento del periodo anterior.

La Comisión Europea advirtió que las políticas de reformas estructurales, incluida las poco populares políticas de austeridad, deben continuar. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, declaró que sería prematuro decir que la crisis ha terminado. Señaló que la “reactivación está al alcance de la mano, pero sólo si perseveramos en todos los frentes con nuestra respuesta a la crisis: mantener el ritmo de las reformas económicas, retomar el control de nuestra deuda –pública y privada– y construir los pilares de una verdadera unión económica y monetaria”, afirmó Rehn en su blog.

Los datos publicados por la Eurostat no impresionaron a los mercados, las plazas bursátiles registraron crecimientos marginales y el euro se depreció ante el dólar.

El dato en el bloque donde viven unas 340 mil personas es mejor que lo esperado, pues los analistas pronosticaban un crecimiento del PIB de 0.2 por ciento en el periodo abril-junio, luego de seis trimestres consecutivos de repliegue que correspondieron a la más larga recesión de la zona euro, formada en 1999 por 17 de los 28 países de la Unión Europea (UE).

No hay que olvidar que millones de ciudadanos europeos continúan sufriendo por esta crisis. No hay que ser triunfalistas, subrayó por su lado el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, que también llamó a continuar las reformas estructurales para consolidar la confianza.

Todavía queda un muy largo camino antes de alcanzar un modelo de crecimiento sustentable que ofrezca más empleos, complementó Olli Rehn.

En términos anuales el PIB de la zona euro cayó 0.7 por ciento, frente a un descenso de 1.1 por ciento en el primer trimestre, según datos de la Eurostat.

La zona euro puede haber rencontrado el crecimiento, pero éste es débil en comparación con las principales economía y la crisis de la deuda no desaparece. La Comisión Europea pronosticaba en la primavera una contracción de 0.4 por ciento para 2013 y una reactivación en 2014 de 1.2 por ciento, mientras el desempleo sigue en niveles récord de alrededor de 12 por ciento.

Los países endeudados de la periferia continúan en su mayoría en recesión y muy lejos de la expansión necesaria para sólo empezar a reducir el peso de las enormes deudas, dijo Jonathan Loynes, de Capital Economis. La recesión en la zona euro puede haberse terminado, pero la crisis de la deuda en los países más frágiles todavía no, apuntó.