Familiares y amigos despidieron ayer al escritor colombiano Alvaro Mutis (1923-2013), quien falleció este domingo, por un problema cardiorrespiratorio.

Mercedes Barcha, esposa de Gabriel García Márquez, gran amigo del poeta, y el embajador de Colombia en México, José Gabriel Ortiz Robledo, fueron algunos de los personajes que dieron el último adiós al ganador del Premio Cervantes 2001.

Desde los 10 de la mañana llegaron los amigos cercanos a la familia del autor, entre los que figuraban Juan Villoro, José María Espinasa, Phillipe Ollé, Carlos Prieto, Ana María Jaramillo, Diego García Elío, quienes pusieron de relieve la calidad humana de Mutis, su sentido del humor y el gran amor que le tuvo a México.

Amables y silenciosos, los familiares comenzaron arribar a la sala 6 de la funeraria. Visiblemente triste por la pérdida de Mutis, Carmen Miracle, viuda del escritor, indicó que los restos del autor serían cremados a las 18 horas y que las cenizas permanecerán un tiempo en su casa hasta que los hijos de Mutis lleguen a México y decidan dónde serán depositadas.

Poeta extraordinario

Algunos amigos cercanos al autor de la saga novelesca de Maqroll el Gaviero, como Juan Villoro, José María Espinasa, Phillipe Ollé-Laprune y Carlos Prieto dijeron adiós a su compañero, a quien recordaron como una de las grandes voces de la lengua española; un hombre cálido, generoso; un poeta extraordinario.

Por su parte, el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa, además de externar sus condolencias a la familia, subrayó la cercanía de Mutis con la vida cultural mexicana, así como su generosidad con escritores de otras generaciones, aunque en su vida personal fue muy discreto.

Se dedicó a escribir su novela, su poesía, era un hombre extraordinariamente curioso lleno de intereses en historia, en música. Creo que es uno de los últimos escritores de formación global más amplia. Era un hombre de cultura general extraordinaria; lo mismo platicaba del imperio bizantino, romano, de la Revolución Francesa o de la realidad actual y eso está plasmado en su obra.

Tovar y de Teresa también informó que se rendirá un homenaje al autor de la novela La nieve del almirante, posiblemente en el Palacio de Bellas Artes en una fecha aún por confirmar, pues se espera la llegada a México de los hijos del escritor: María Cristina, Santiago y José Manuel.

Al referirse a la gran amistad de Gabriel García Márquez con Mutis, el funcionario recordó un homenaje que se realizó hace más de 15 años en el Palacio de Bellas Artes al poeta colombiano, que calificó como una noche muy emocionante en la que también asistió “su amigo de toda la vida, Gabo”.

El escritor Juan Villoro, quien acudió temprano a la funeraria para dar el pésame a Carmen Miracle, además de lamentar la muerte de Álvaro Mutis expresó que el poeta colombiano era una persona de gran calidez y generosa, ya que trabajó hasta sus últimos días en el Patronato de la Casa Refugio Citlaltépetl para escritores perseguidos.

“Mutis fue muy generoso –indicó Villoro– apoyando a los escritores perseguidos por sus ideas; tenía una peculiar visión del mundo, consideraba como último hecho importante la caída de Constantinopla y se burlaba mucho del socialismo y del capitalismo. También se burlaba de mis grandes pasiones, como es el futbol, dijo que los estadios eran burdeles de la gloria y con sus provocaciones siempre nos hacia pensar, es un poeta sin igual y lo vamos a extrañar mucho”.

En opinión de Villoro, las dos grandes influencias de la literatura latinoamericana del siglo XX Pablo Neruda y Jorge Luis Borges encontraron en Mutis una combinación perfecta. Asimismo calificó al poeta colombiano como un enamorado de las causas perdidas que es algo muy latinoamericano.

Villoro no descarta la idea de que existan cuadernos inéditos de Mutis y seguramente existen papeles dispersos, porque en los años recientes no había publicado y seguía escribiendo.

Voz omnipresente

Entrevistado al llegar a la funeraria, el chelista Carlos Prieto afirmó que Mutis dejó un importante legado y definió al autor colombiano como un hombre extraordinario y gran aficionado a la música.

El director del Fondo de Cultura Económica, José Carreño Carlón, comentó que cuatro generaciones de escritores mexicanos están en deuda con Mutis por recibir sus enseñanzas, enfatizó que fue un hombre de inmensa generosidad que siempre ayudó a los jóvenes creadores. La voz de Mutis en su obra nos acompañará siempre, agregó.

Presente también en el adiós al escritor y poeta colombiano, el director de la Casa Refugio Citlatépetl, Phillipe Ollé-Laprune, consideró la muerte de Mutis como una gran pérdida para las letras, porque es una de las grandes voces de la lengua en español de la segunda mitad del siglo XX, pero más allá de la gran voz es el amigo entrañable, capaz de realizar bromas y chistes en cualquier situación y debo decir que como presidente del patronato de la Casa Refugio fue ejemplar. Siempre estuvo ahí.

El editor José María Espinasa, quien conoció a Mutis a través de sus padres, expresó que el amigo quedará para siempre en su recuerdo. “Mutis fue un maestro, un gran escritor, le fascinaba la literatura francesas, Proust, los historiadores; Bonaparte era uno de sus temas preferidos.

Era un hombre con gran personalidad y no le gustaba el deterioro que produce la edad por eso en los últimos años casi ya no salía. Creo que murió en paz.