Tierra de héroes, el poblado guerrerense es de los más afectados
Miércoles 25 de septiembre de 2013, p. 5
Tixtla, Gro., 24 de septiembre.
En este municipio, el desbordamiento de la Laguna Negra mantiene en la zozobra y la incertidumbre a casi la mitad de sus 22 mil habitantes, que desde hace 10 días están en vela observando cómo sus casas, su único patrimonio, se hunden sin poder hacer nada.
Por lo general, los habitantes de Tixtla son muy orgullosos de su historia, de sus héroes, porque aquí nacieron el consumador de la Independencia, Vicente Guerrero, y su compañera de armas, Antonia Nava de Catalán, quien ‘‘entregó’’ a sus tres hijos para continuar la lucha. También el escritor, poeta y militar Ignacio Manuel Altamirano, así como el general Vicente Jiménez, quien peleó contra la intervención estadunidense y en la Guerra de Reforma.
‘‘Queremos que nuestros gobiernos vean a Tixtla como cuna de héroes. Lo que pasa es que a los héroes los ocupan sólo para que sirvan de trampolín, de escalera para ocupar los puestos, y cuando ya están allá, los alcaldes, gobernadores y el mismo Presidente se olvidan de Tixtla’’, afirmó Emilio García Potzin, habitante del barrio El Santuario.
Entrevistado fuera del albergue instalado en ese poblado, dijo que desde 1976 se pidió al gobierno federal la creación de un ‘‘canal controlado’’ para que ya no hubiera inundaciones, pero ‘‘no nos hicieron caso’’.
Recordó que ‘‘en 1976 fue la primera inundación que sufrimos; se cayeron casas como ahora y a partir de ahí se formaron comités. Hicimos gestiones, fuimos a la ciudad de México a hablar con el presidente Luis Echeverría para darle a conocer el problema; nos atendió y nos dijo que se haría el desazolve del resumidero (de la Laguna Negra)’’.
Explicó que siempre se propuso la construcción del ‘‘canal controlado al sureste de este valle. No se nos escuchó y se abocaron a la limpia del resumidero; desgraciadamente no funcionó, porque en 1986 volvió a pasar lo mismo. Se inundó la mayor parte del barrio de Santuario, el de Santa Cecilia’’, relató.
En 2007 ocurrió un nuevo anegamiento. En ese entonces se insistió al gobernador Zeferino Torreblanca y al presidente Felipe Calderón en la construcción del ‘‘canal controlado’’, cuyo costo de estudio (400 mil pesos) fue pagado por el ayuntamiento.
‘‘Vinieron ingenieros de Cuernavaca (Morelos) para tomar los niveles de la Laguna Negra. Nos dijeron que salía muy caro, en 280 millones de pesos’’, detalló García Potzin.
‘‘Ahora (tras el paso de Manuel) salió peor, porque nos sorprendió la creciente de los ríos. Hubo muchos damnificados, yo soy uno; perdimos todo, muebles, televisiones, estufas, además de algunas personas que murieron ahogadas.
Subrayó que la mitad de Tixtla –ubicada a sólo 14 kilómetros de Chilpancingo– se inundó. ‘‘Se cayeron las casas de adobe y material, y las que quedaron en pie están socavadas’’, comentó el habitante del barrio El Santuario. Demandó al presidente Enrique Peña Nieto aprobar un presupuesto para la construcción del canal, ‘‘porque es la única solución’’.
Hambre en Tierra Caliente
A su vez, el subsecretario de Asuntos Políticos del gobierno estatal, Misael Medrano, reconoció que hay escasez de alimentos en Coyuca de Catalán, Ajuchi-tlán del Progreso, Ciudad Altamirano, San Miguel Totolapan, y Tlapehuala. ‘‘Podemos decir que en la Tierra Caliente ya hay hambre’’, resumió.
Dijo que ‘‘prácticamente todos los puentes carreteros de esa región se cayeron, como en Ajuchitlán, donde no hay paso para pueblos como Las Truchas, El Reparo o La Hacienda’’.
Indicó que las torrenciales lluvias dañaron decenas de escuelas, centros de salud, ‘‘y se dice que hubo de dos a tres personas muertas. Hay familias que literalmente perdieron todo. En comunidades como El Jabalí y La Estancia se cayeron ocho casas’’.