Probaron que la agencia tenía como blanco a civiles pacifistas
Miércoles 8 de enero de 2014, p. 18
Filadelfia, 7 de enero.
Un grupo de activistas de Filadelfia que se oponían a la guerra de Vietnam y que irrumpieron en un local de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en 1971, para robar documentos que demostraban que la agencia tenía como blanco a los manifestantes y que después entregaron a los medios, salieron a la luz más de 40 años después, para dar detalles sobre el allanamiento.
Una de las notas que el grupo robó y filtró instaba a los agentes de la FBI a aumentar los interrogatorios de los izquierdistas en los campus universitarios, confiando en que ese esfuerzo aumentaría la paranoia endémica en estos círculos, y servirá además para arraigar la noción de que hay un agente de la FBI detrás de cada buzón
. Hasta ahora el delito estaba sin resolver, pero el periodo para levantar cargos contra cualquier persona ya caducó.
El grupo, que incluye a tres profesores universitarios, un director de guardería y un taxista, trazó gran parte de su plan en una casa en Filadelfia, antes de irrumpir el 8 de marzo de 1971 en la oficina de la FBI en Media, unos 35 kilómetros al suroeste de Filadelfia.
Las actividades de William C. Davidon (finado), quien al parecer tuvo la idea del robo, Keith Forsyth, John y Bonnie Raines y Bob Williamson ocurrieron durante las protestas contra la guerra de Vietnam, que dividió profundamente al país.
Los miembros del grupo, del cual habría otros tres integrantes que no han sido identificados, hablaron con los medios de cara a la publicación de dos crónicas sobre el robo: el libro de la periodista Betty Medsger The Burglary: The Discovery of J. Edgar Hoover’s Secret FBI, publicado este martes, y 1971, el documental de la cineasta Johanna Hamilton que se estrenará a finales de este año.
Forsyth, un taxista de 20 años en el momento del robo, dijo que los participantes querían evitar ser llevados a juicio –el estatuto de limitaciones caducó en 1976–, pero añadió que también guardaron silencio hasta ahora porque querían que la gente prestara atención a las revelaciones de los archivos.
Queríamos que el foco estuviera en los documentos que encontramos y no en nosotros
, dijo Forsyth durante una conferencia telefónica con periodistas.
Los asaltantes pasaron semanas vigilando la oficina de la FBI. Una de las participantes, Bonnie Raines, ingresó al edificio para estudiar su distribución, con el pretexto de que necesitaba conocer las oportunidades para las mujeres interesadas en hacer carrera en la dependencia estadunidense.
Ella notó la ausencia de cerraduras en los cajones de archivo de la oficina. Mientras tanto, Forsyth aprendía a violar los seguros de las puertas de la oficina.
En una noche en que todo el país estaba distraído con la pelea entre los boxeadores Muhammad Alí y Joe Frazier, los miembros del grupo concretaron su plan. Salieron de la oficina con las maletas llenas de archivos.
Miembros del grupo dijeron que revisaron los documentos y que sólo enviaron a la prensa aquellos que mostraban que la FBI tenía como objetivo a los civiles, no los papeles que podrían haber puesto en peligro la seguridad nacional.
Los sobres que enviaron a periodistas a principios de abril de ese año vinieron de lo que llamaron la Comisión de Ciudadanos para Investigar a la FBI. Uno de ellos llegó al escritorio de Medsger, en el Washington Post. Ella informó sobre las revelaciones y nunca renunció a contar la historia del robo y su significado.
La FBI realizaba una guerra secreta contra la disidencia
, dijo el martes, en particular contra los activistas que se oponían a la guerra, y contra los negros
.