Ministro de Economía había acusado a la trasnacional de comprar divisas a mayor precio
Confirma la petrolera operación cambiaria por 3.5 millones de dólares; niega especulación
Empresarios agrícolas temen que el gobierno eche mano de las retenciones a la soya
Domingo 26 de enero de 2014, p. 18
Buenos Aires, 25 de enero.
La petrolera Shell en Argentina confirmó hoy haber comprado tres millones 561 mil dólares en el mercado de divisas a una cotización de 8.70 pesos, lo que puso en evidencia que la operación estuvo muy por encima de la cotización del jueves, que el ministro de Economía, Axel Kicillof, ubicó en 7.20 pesos arentinos por dólar y cuyo valor al cierre de ese día fue de ocho pesos.
Es decir que esta operación le habría costado a la trasnacional entre dos y cinco millones de pesos adicionales, pero no existe una explicación del hecho, que fue denunciado el viernes por Kicillof como una maniobra especulativa cuyo objetivo era la desestabilización del país.
En su respuesta a la denuncia, la petrolera sostiene que su presidente, Juan José Aranguren, se "encuentra de vacaciones" y negó que tanto el directivo como Shell "hayan realizado especulaciones cambiarias con fines especulativos o desestabilizadores".
Shell envió la respuesta al periódico Tiempo Argentino, al portal de noticias Infonews y a la agencia de noticias oficial Télam, y fue calificada como "una extraña nota" por el primero de estos medios.
De la misma manera, también cursó la respuesta al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y a Kicillof, reclamando una rectificación de la información publicada ayer.
"En el día de ayer hemos realizado operaciones cambiarias a través del mercado único y libre de cambios", sostuvo la petrolera en su respuesta, en la que reconoció que las operaciones incluyeron "una compra neta de mil 561mil dólares estadunidenses" y destacó que la operación de compra-venta de la divisa estadunidense se "cursó a través del banco HSBC".
Kicillof sostuvo que mientras desde los medios agitaban el comentario de que el país se caía, resulta insólito que mientras el mercado operaba en siete pesos por dólar, Shell quiso comprar dólares a un precio más alto del que tenía, tratando de armar "una escalerita", lo que fue desbaratado el día de ayer.
Entre certezas oficiales, dudas opositoras e incertidumbres se espera la aplicación de las medidas de "sinceramiento" de la economía que se adoptaron esta semana, como la devaluación superior al 20 por ciento del peso y la flexibilización del llamado "cepo (tope) cambiario".
Las reacciones se multiplicaron y cambian de un día a otro como en el caso de Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria Argentina, que en otros momentos se consideraba progresista, unida ahora en la llamada mesa de enlace con las otras tres entidades patronales del campo, entre ellas la eterna golpista y poderosa Sociedad Rural Argentina.
Buzzi dijo el viernes que la medida gubernamental era "positiva", pero este día, en consonancia con otras voces opositoras sostuvo su "temor" de que con la modificación del tipo de cambio, el Ejecutivo vuelva a echar mano a los impuestos (conocidas aquí como retenciones) a la exportación de soya.
"No sea cosa que muevan el tipo de cambio y ahora vayan por el aumento de retenciones. ¿Van a subir las retenciones de la soya para bajar el trigo?", cuestionó. Si lo hacen, agregó, eso crearía un gran malestar, por lo que lanzó una amenaza contra el gobierno sobre lo que podría ocurrir si se diera ese escenario: "Ojo con esta medida porque puede provocar algo similar a lo que sucedió con la (ley) 125 en 2008. Nadie quiere que le sigan metiendo la mano en el bolsillo", indicó Buzzi.
Se refirió así al paro patronal que se produjo entre marzo y julio de 2008 y que colocó al país al borde de un intento golpista, con fuertes amenazas de desabastecimiento de las grandes ciudades, cortes de rutas, especialmente las del Mercado Común del Sur, para protestar contra el aumento al impuesto a la exportación de soya, lo que llevó a una crisis política pocos meses después de la investidura de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en diciembre de 2007.
Curiosamente Buzzi cambió el término "positiva" a la decisión gubernamental atacando a la administración de la presidenta Cristina Fernández y protestando con la visión de que "mover" el tipo de cambio "no constituye una política distinta y efectiva. ¿Dónde esta el plan integral que se necesita para terminar con la inflación, el estancamiento, el deterioro del bolsillo de los trabajadores?", se preguntó.
Por su parte el economista y ex secretario de Política Económica, Roberto Feletti, actual diputado por el oficialista Frente para la Victoria, convalidó la decisión gubernamental y aseguró que desde el lunes, cuando entre en vigencia la medida, "se abre una nueva posibilidad de ahorro".
"El gobierno va a mantener la flotación del cambio priorizando el empleo y tiene medidas claras de regulación para evitar inflación en los alimentos", afirmó el legislador, quien además llamó a valorar la dura pelea del gobierno para sostener el modelo de crecimiento con inclusión social, criticando a los analistas que pronostican un derrumbe económico.
Sin embargo, varios analistas advierten que hay consideraciones sobre el hecho de que para realizar estas operaciones esto continuará ligado a la capacidad contributiva de quienes demanden las divisas.
"Se vuelve a la situación por la cual quienes no acrediten capacidad contributiva para adquirir la moneda extranjera no estarán habilitados para cerrar la operación, ya sea para atesoramiento o ahorro", sostuvo la especialista Alejandra Sarni en una entrevista con Tiempo Argentino.
Aunque esto signifique un evidente cambio de las condiciones anteriores, "va a haber una validación progresiva", confió a ese medio una fuente del Ministerio de Economía, quien anticipó que "los primeros días seguramente habrá una afluencia mayor, que luego se irá equilibrando; la idea será continuar cuidando los niveles de reserva del Banco Central".
El joven economista y analista Ernesto Mattos del Centro de Investigación CIGES sostuvo que “tras la implementación de la administración de divisas en 2010, el dólar formal e informal inició una brecha que se mantuvo en el tiempo y que fue utilizado por otros sectores económicos para generar expectativas devaluatorias. Esta situación tiene como correlato la fuga de capitales, ya que durante 2002-2012 salieron unos 80 mil millones de dólares, de los cuales 80 por ciento se fue entre 2007-2011.
Añade que "luego de años de crecimiento económico basado en el mercado interno 2002-2007, los distintos sectores económicos con capacidad de fugar capitales, lo hicieron; estos mismos sectores hoy pujan por una devaluación que les permita justificar la vuelta de sus activos externos que hoy están en otros sistemas financieros y que los lograron acumular a costa del mercado interno. Esto es lo que esta juego en Argentina: el tipo de cambio y su administración".
A su vez, el dirigente de la Confederación General Económica, Ider Peretti, señaló que "se ha llegado a un valor convergente del dólar que permitirá mejorar la competitividad de algunos segmentos de la producción y de la industria que lo necesitan, sin perder por ello la capacidad adquisitiva de los argentinos". Advirtió que "pese a lo que algunos quieren, esto no generará ninguna espiral inflacionaria ni devaluatoria".
Peretti dijo además en un comunicado que "las corridas y golpes de mercado como los de los últimos días están fomentados por especuladores a los que lo único que les interesa es desestabilizar al gobierno y cambiar este modelo económico de desarrollo con inclusión social".
Se trata de "maniobras desestabilizadoras propiciadas por los mismos que desde hace tiempo quieren volver a la época de la dictadura o a los años 90, donde los pocos mandaban sobre los muchos. Llama la atención cómo queda a la vista de todos la coincidencia de intereses de quienes no quieren el progreso de los argentinos, sino la ganancia de unos pocos a expensas de todos", dijo Peretti.