Adelaida Mejía Pérez, de 66 años, obtuvo ayer su certificado de bachillerato en el plantel Miravalle del Instituto de Educación Media Superior, con un promedio de 9.5, después de tres años y medio de esfuerzos, por lo que ahora piensa en ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México.

La falta de recursos económicos y la obligación de atender a su esposo y tres hijos impidiera a esta señora de origen oaxaqueño concluir sus estudios, pero nunca es tarde para salir adelante y soñar con un mejor futuro, sobre todo cuando se tiene el apoyo de la familia, señala.

Su llegada a la preparatoria número 3 Miravalle, en la sierra de Santa Catarina, en Iztapalapa, recordó, causó extrañeza entre mis compañeros y maestros, quienes se acostumbraron a mi presencia, y creo llegaron a quererme, pues participaba en todos los eventos culturales y artísticos que se hacían.

Mientras, en la casa recibía el apoyo de mis hijos, quienes me ayudaban en algunas tareas y ahora me impulsan a continuar mis estudios universitarios y estemos igual. Uno es ingeniero mecánico eléctrico y mi hija es licenciada en derecho civil, aunque el más pequeño dejó la preparatoria, pero siempre le digo que siga adelante, comentó.

La educación, consideró, es la mejor arma para enfrentar el mundo, alejarte de las drogas y de cometer algún delito, por eso tengo la esperanza de que las autoridades capitalinas, ahora sí, construyan nuestra preparatoria y dejemos de estar en instalaciones prestadas, como sucede desde hace más de tres años.

Para su profesor de inglés, Rodrigo Cervantes, la conclusión de sus estudios es un gran logro en una zona de marginación, con problemas de drogadicción y robos, y donde buscamos sacar a los jóvenes de ese ambiente y concreten sus sueños de desarrollo profesional, mediante el desarrollo de sus habilidades y competencias.