Gobierno y empresas canadienses reaccionan airados contra autoridades estadunidenses
Grupos ecologistas buscan que el proyecto sea rechazado en definitiva y piden coraje a Obama
Domingo 20 de abril de 2014, p. 22
Ottawa, 19 de abril.
El gobierno, políticos y empresas petroleras de Canadá están decepcionados con Estados Unidos por retrasar otra vez la decisión definitiva sobre el polémico oleoducto Keystone, que debe llevar crudo bituminoso desde la provincia de Alberta hasta Texas a lo largo de mil 900 kilómetros, para transportar el equivalente a 830 mil barriles diarios.
Para el primer ministro del país, Stephen Harper, la demora de Washington es frustrante, mientras insistió en que el proyecto creará miles de empleos e impulsará la seguridad energética
de ambos países norteamericanos.
En similares términos se manifestaron las autoridades de Alberta y la corporación TransCanada, la dueña del oleoducto, y consideraron inexplicable
la postura estadunidense, porque el plan sigue sin concertarse aunque se completaron todos los estudios medioambientales previstos.
A la inversa, grupos ecologistas también mostraron desilusión con la Casa Blanca por posponer el rechazo al proyecto, pero calificaron ese acto como una nueva victoria para quienes se oponen a su instalación.
Estrategia política ante las elecciones intermedias
Es decepcionante que el presidente (Barack) Obama no tenga el coraje de vetar el Keystone XL ahora mismo, pero mantendremos la presión hasta que él tome la decisión correcta
, advirtió Jamie Henn, director de comunicaciones del grupo 350.org, uno de los más destacados en la lucha contra el oleoducto.
Desde hace varios días ya se rumoraba en Estados Unidos que el mandatario demócrata aplazaría la respuesta definitiva sobre la obra como estrategia para evitar mayores críticas –el proyecto ha recibido 2.5 millones de opiniones– camino a las elecciones intermedias en noviembre próximo, cuando se renovará un tercio del Senado y toda la Cámara de Representantes.
La prensa de Estados Unidos pronosticó que Obama demoraría la resolución hasta después de los comicios, porque su aprobación podría manchar la imagen del Partido Demócrata en bastiones como California y Nueva York, y también entre agrupaciones ecologistas que fueron un apoyo clave para la relección del jefe de Estado.
Un rechazo ayudaría a la oposición republicana en sus dominios de Nebraska y Texas, por donde pasaría el ducto y cuyas autoridades presionan por su instalación. En los días recientes también aumentaron las presiones en contra y a favor del Keystone porque el próximo 31 de mayo el secretario de Estado, John Kerry, debe entregar la revisión final del proyecto y Obama sería el responsable de dar la última palabra.
El oleoducto está valorado en 5.4 millones de dólares y debe transportar 830 mil barriles diarios de combustible alquitranado (destilado de petróleo para uso industrial) a través de tuberías de 2 mil 753 kilómetros de extensión.
El Partido Republicano, la industria del petróleo, algunos sindicatos y el gobierno canadiense son los más fieles seguidores del proyecto y lo defienden con el argumento de que creará 20 mil empleos en las dos naciones, impulsará la economía nacional y aliviará la dependencia del crudo de Medio Oriente.
Pero expertos, grupos indígenas, ecologistas y agricultores aseguran que el crudo bituminoso (el betún está formado de sustancias que arden fácilmente y provocan humo espeso) genera tres veces más gases de efecto invernadero, destruye áreas boscosas y consume grandes cantidades de agua dulce.
Ayer, el gobierno de Estados Unidos anunció un nuevo retraso indefinido de su decisión sobre el controvertido oleoducto Keystone, a pocos días de que expirara el plazo de tres meses que tenía para dar su visto bueno al proyecto que genera profundas divisiones de opinión en el país.
(Con información de Reuters)