De los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), promovidos por Naciones Unidas y que los países se comprometieron a cumplir para el año 2015, tres están relacionados con la salud. Aunque México reporta avances, también admite la persistencia de rezagos graves, principalmente en los sectores que viven en condiciones de pobreza extrema.

Ahí se concentran las muertes de mujeres por causas asociadas con el embarazo, parto y puerperio, así como de niños menores de cinco años de edad; también las carencias en materia de salud reproductiva. El tercer tema es la reducción del VIH/sida.

Respecto a la mortalidad materna, en reiteradas ocasiones el gobierno federal ha reconocido que no será posible alcanzar el objetivo de 22 decesos por 100 mil nacidos vivos, equivalente a una disminución de tres cuartas partes entre 1990 y 2015.

Apenas, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en la revisión de la Cuenta Pública 2012, observó el incumplimiento de la meta programada para ese año, de 44.5 decesos por 100 mil nacidos vivos. El registro se ubicó en 48 por 100 mil, y concluyó que al paso que van las acciones, el objetivo del milenio se cumplirá hasta 2040, es decir, con un retraso de 25 años.

El organismo también destacó que México se ubicó en 2011 como el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con el peor desempeño en este rubro.

Como parte de la salud materna, los ODM incluyen el compromiso de lograr el acceso universal a la salud reproductiva. Para México es un asunto pendiente, sobre todo en los adolescentes, donde la demanda insatisfecha de métodos anticonceptivos es de 25 por ciento, de acuerdo con datos oficiales.

Los mismos dan cuenta de que aunque los jóvenes dicen conocer los anticonceptivos, la mitad de las mujeres de 12 a 19 años ha estado embarazada alguna vez. De los nacimientos que se registran en el país cada año, 20 por ciento son hijos de madres adolescentes.

Sobre la reducción de la mortalidad de niños menores de cinco años de edad, que los ODM plantean se ubique en 13.7 por cada mil nacidos vivos, en México, de acuerdo con el Programa Sectorial de Salud (PSS) 2013-2018, entre los sectores que viven en condiciones de muy alto nivel de marginación era de 21.3 por mil en 2011; y de 14.6 en las entidades con bajo nivel de marginación. El promedio nacional estaba en 16.7 por mil.

El documento compara el indicador nacional con el de los países de la OCDE, donde la tasa es de 4.1 por mil nacidos vivos.

Otro indicador que da cuenta del rezago es la mortalidad neonatal. Mientras en México la tasa es de 8.6 por mil nacidos vivos, el promedio en la OCDE es de 2.8 por mil.

Varios factores –determinantes sociales– influyen en esta situación, pero también deficiencias como el bajo nivel de cobertura de vacunación en menores de un año. En 2012 dicha cobertura fue de 48.5 por ciento. El PSS plantea aumentarla a 90 por ciento para 2018.

El tercer rubro de los ODM vinculado con salud es la reducción del VIH/sida. En México no se ha podido eliminar la transmisión vertical del virus, a pesar de que ya existe acceso al tratamiento antirretroviral gratuito para las mujeres embarazadas.

En la población general, tampoco se ha logrado frenar la transmisión, y la Coalición por la Salud de las Mujeres advierte sobre la situación de las mujeres que viven con VIH/sida. La mayoría no recibe la información sobre métodos anticonceptivos diferentes al condón; la mitad carece de atención integral en salud reproductiva y cuatro de cada 10 desconocen cómo tener un embarazo seguro, prevenir la transmisión del virus a su pareja y al producto de la gestación.