El festival, creado por Humberto Solás, concluyó ayer su décima primera edición
Lunes 28 de abril de 2014, p. a14
Holguín, Cuba, 27 de abril.
El aura fílmica de Humberto Solás perdura en el Festival de Cine Pobre de Gibara, en el oriente de Cuba, que culminó este domingo su décima primera edición en un contexto marcado por las transformaciones en esa industria.
Según Lester Hamlet, director del certamen, la continuidad del encuentro estuvo amenazado tras la muerte de Solás y con ello, la apuesta por las realizaciones de pocos recursos, pero el solo hecho de que se mantenga es una noticia alentadora.
En declaraciones a Prensa Latina, Hamlet destacó la valía del denominado cine pobre, porque si no define el camino, al menos enseña uno por el cual se puede contar la historia en la cabeza
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Contrario a otras producciones, en estas hay más desnudez, más pasión, porque todo se pone en juego y se arriesga por un sueño, dijo.
Fiel al espíritu de su fundador
El cineasta cubano Humberto Solás (1941-2008) se enamoró de Gibara –pequeña ciudad costera de la oriental provincia de Holguín, localizada a unos 790 kilómetros de La Habana– y la hizo la meca del cine pobre en Cuba, además de escenario común en varias películas suyas.
Si bien ya no se extiende a una semana, como ocurría tradicionalmente –ahora dura sólo tres días–, y tiene ahora una frecuencia bienal, el Festival de Cine Pobre de Gibara trata de mantenerse fiel al espíritu de su creador.
A esta décimo primera edición llegaron 208 obras, pero sólo fueron seleccionadas 47, divididas en cuatro videoartes, 17 cortos y un largo de ficción, y 17 cortos y ocho largo documentales.
Luisa María Jiménez, Jorge Molina y Santiago Feliú
El deporte y el patrimonio culinario de la llamada Villa Blanca de los Cangrejos tuvo un espacio importante en la cita que rindió homenaje a la actriz Luisa María Jiménez, al cineasta Jorge Molina y al recién fallecido músico Santiago Feliú, los tres cubanos.
Jóvenes de diferentes regiones del mundo, mochila al hombro, desandaron este domingo las calles de la costera ciudad de Gibara, en el oriente de Cuba, atraídos por los aires fílmicos del Festival de Cine Pobre.
La convocatoria del encuentro trasciende las fronteras nacionales y en cada edición, a los habituales jóvenes mochileros de la isla, se sumaron otros de diferentes naciones.
Lester Hamlet dijo que sin duda Gibara es un sitio mágico, mucha razón tenía Humberto Solás cuando la descubrió para su cine, cuando rodó ahí algunas de sus películas
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Además de la bendición geográfica, esta ciudad y su pueblo impactan por la manera de adorar, conservar y preservar el amor y el respeto por ese cineasta cubano, pues se sabe dueña de su tradición fílmica, agregó.
Los más hermoso de este lugar es su gente, la defensa que hacen los nativos del festival, la manera en que lo cuidan, protegen, aprecian, acogen, reciben y esperan, dijo Hamlet.