Publica Tusquets Vestido de novia, su segunda novela
Los fallecimientos de un esposo y un hermano son ausencias que permean mi vida y escritura, expresa la autora a La Jornada
Miércoles 13 de agosto de 2014, p. 7
En la sociedad hay una gran premura para que las personas olviden el dolor, para que superen las pérdidas, y en esa gran prisa muchas cosas quedan atoradas
, expresa Socorro Venegas (SLP, 1972).
La escritora entrega a los lectores su segunda novela, Vestido de novia, donde habla de la pérdida y el duelo.
“El tema se antojaba muy complicado, difícil, porque es acerca de la viudez, del duelo que se ha pasado, y es una novela que partió de una experiencia personal, pero ésta sola no basta para hacer una obra literaria.
Así que partí de algunas suposiciones, del qué pasaría sí...
, agrega la autora, cuya primera novela es La noche será negra y blanca publicada, al igual que Vestido de novia, por el sello Tusquets.
Laura Dumas es el nombre del personaje central. Está casada con Aldo, quien fallece. Quince años después de la muerte de su cónyuge, Laura visita el cementerio para pagar la anualidad y recibe una oferta para vender el nicho donde están las cenizas. Comienza entonces a ver su vida en retrospectiva y descubre cosas que desconocía de su marido, grandes áreas de oscuridad que no quiso ver o reconocer, y esta manera de vivir un nuevo duelo, después de 15 años, le permite acercarse de otra forma a la historia que vivió con él
.
–¿Es una novela sobre el dolor?
–Sí. Propone que el dolor es otra memoria, que realmente este dolor tan particular de perder a alguien querido, no desaparece, no merma. Cuando vuelve lo hace con toda su fuerza. Quizá lo que pasa después de 15 años no es que duela menos, sino que ya se puede ver desde otra perspectiva, ya se puede quizá reconocer lo que no fue posible antes.
Es sobre el dolor de la pérdida, algo que jamás desaparece.
–¿A quién perdió?
–Tuve un esposo que perdí hace muchos años, y un hermano pequeño también. Son ausencias que han estado muy presentes en mi vida y escritura. Para bien o para mal, porque eso también me ha permitido escribir y a través de la escritura comprender gran parte de esas pérdidas.
Contar para liberarse
–¿Al escribirlo se revive el dolor?
–Fue una novela muy difícil de lograr. No se escribe algo así en poco tiempo, el primer borrador, la idea completa de la novela, salió en una tarde en la que necesitaba poner por escrito ciertas ideas, pero luego eso lo fui trabajando durante algunos años.
“Con un libro así es fácil caer en el melodrama y quería evitarlo. Es algo que cuido mucho en lo que escribo, porque siempre son temas difíciles los que toco, son los que me interesan, pero también me preocupa muchísimo cómo tratarlos. Eso es lo que logra la literatura: amalgamar estas experiencias, estas vivencias, y también permite alejarse de ellas lo suficiente para que se vuelvan una historia, una novela. Sólo si te separas de esa historia puedes convertirla en literatura.
“Me gusta mucho recordar una frase de Malcolm Lowry, quien cuando escribía a su editor acerca de Bajo el volcán, le decía que lo que deseaba era escribir algo nuevo sobre el fuego del infierno. Quizá es muy pretencioso pensar que vas a escribir algo nuevo sobre cualquier tema, pero esa necesidad de acercarte a los temas difíciles, a los más dolorosos, la siento también. Es un poco mi impulso, hacia allá va lo que escribo, me interesa explorar la enorme dificultad de vivir y de vivir a veces con cosas o experiencias con las que pensaba que nunca podría vivir, superar o ir más allá.”
–¿Sirvió más escribirla que ir al sicólogo.
–Sí, creo que la escritura puede ser terapéutica. No diría que escribir este libro haya sido para mí una terapia, pero sí puedo decir que haber escrito esta novela me permite ir hacia otras historias, siento que sí me he liberado de un tema muy fuerte, de una historia que necesitaba contar. Ya tengo otros proyectos para escribir, distintos, entonces sí hay algo de liberación en esto.
En Vestido de novia como en La noche será negra y blanca, Socorro Venegas trata el tema de la pérdida. “Sí hay un hilo conductor en lo que escribo, porque para mí las experiencias personales, son materia fundamental de lo que escribo, pero para que eso sea literatura tiene que haber algo más.
No le tengo miedo a la autobiografía, porque la vida me ha provisto de experiencias que me parecen muy literarias. Hay muchos autores que confiesan abiertamente que se nutren de sus biografías, pero no basta, porque, a diferencia de la vida, la literatura sí tiene que ser verosímil. Esta novela ha sido uno de los retos mayores, tenía que separarme de esta historia, que era muy personal, mía, y tenía que poner distancia de ella para que se convirtiera en una novela, encontrar la pirueta, las suposiciones, las preguntas necesarias, apostar por una historia que ya no era mía.
Ahora es la historia de Laura Dumas.