Asedio en Xochicuautla
a comunidad de San Francisco Xochicuautla es asediada desde hace más de un mes, prácticamente todos los días, por trabajadores de la constructora Teya, escoltados por policías del estado de México, cuya misión es talar el bosque otomí-mexica para trazar la carretera de pago Toluca-Lerma, de 40 kilómetros, prometida por el presidente Enrique Peña Nieto en sus tiempos de gobernador. Día con día los invasores se encuentran con la respuesta organizada de los pobladores, que impiden violar su territorio.
La megaobra afectará una porción de 22 kilómetros de bosque por más de 100 metros de ancho, que para la empresa y el gobierno no representa nada, pero para los comuneros indígenas ñätho son tierras en las que realizan la recolección de alimentos y leña y el peregrinaje a sus lugares sagrados. Es su territorio, santuario del agua de la subcuenca del río San Lorenzo, y por eso lo defienden con el cuerpo, a pesar de la represión de la que son víctimas, que incluyó el encarcelamiento reciente de ocho de sus compañeros.
¿Por qué tanto empeño en esta carretera? José Luis Fernández, del Frente de Pueblos en Defensa de la Madre Tierra, explica que es la punta de lanza de desarrollos inmobiliarios e industriales, como empresas lecheras y la Coca-Cola. Un club de golf y casas habitación que ampliarán la zona de Santa Fe, son parte también del proyecto.
¿Quién está detrás de la obra? La constructora Teya, según informes periodísticos recientes, es la que tiene la conseción de la construcción. Es la misma empresa que saltó a la fama en medio del escándalo de la residencia de la pareja presidencial registrada a nombre de Ingeniería Inmobiliaria del Centro, sociedad anónima, del corporativo empresarial Higa, que con el nombre de constructora Teya es integrante del consorcio que obtuvo la licitación para construir el tren rápido México-Querétaro.
El asedio a Xochicuautla y comunidades vecinas, como Ayotuxco, no es nuevo. Desde 2011 denuncian la tala de árboles en su territorio, y desde ese año han advertido sobre las complicidades de Enrique Peña Nieto con el consorcio citado.
Es importante señalar que los comuneros de Xochicuautla forman parte del Congreso Nacional Indígena (CNI), red de pueblos, naciones y tribus que junto con el EZLN advirtieron a los de arriba, por si se les había olvidado, que no nos cansaremos de levantar resistencia donde ellos impongan maquinaria de destrucción
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